Actualización vital
Hola.
Sigo viva.
Traigo pensamientos aleatorios para tu día.
Anoche soñé que contraía La Enfermedad y que tenía que ir a una reunión familiar pero olvidaba mi cubrebocas.
Ya que llegaba ahí, veía que mis familiares tampoco lo traían, aunque todos hacíamos comentarios del tipo “¡Lo olvidé!”. Creo que me dolía la garganta en la noche por resequedad.
Últimamente he estado pensando cómo el inglés me salvó la vida.
Leí un post hermoso de Sam Dylan Finch y me di cuenta de cómo tener la capacidad de leer en inglés desde hace muchos años fue lo que me ha ayudado a conseguir todo lo bueno que tengo en la vida actualmente.
Haber encontrado y seguir leyendo a Havi, a Ragen, a Matt, a Chris, a Karen, a Rachel, a Bethany, a Barbara, a Naomi, a Larisa, a Cassie, a Layla, a Virgie, a Helen, a Summer, a Kerry, a Teal, a Kerryanna, a Mel y a un montón de gente más que se me está olvidando, ha hecho TODA la diferencia en mi vida.
He podido nombrar infinidad de situaciones, ver las circunstancias que me cuestan trabajo con otros ojos, entender todas las fuerzas que pueden estar en nuestra contra, notar mis privilegios y miles de cosas super valiosas más, gracias a entender esta lengua.
Literalmente me ha salvado la vida. O al menos la cordura.
Quiero decir algo inspiracional pero no se me ocurre nada.
Todo Esto está siendo muy duro para todo el mundo, en el sentido más literal de esa frase.
Lo único que sé en este momento es que tenemos que hacer lo posible por confiar en que Todo Esto tiene un sentido y un propósito “espiritual” (a falta de una mejor palabra) y que no está pasando nada más porque a la Tierra o a la humanidad se le ocurrió arruinarnos la vida que teníamos antes.
Quiero pedirte algo:
Permítete sentir todo lo que sientes. No, nadie se ha muerto por sentir mucho. Sí es incómodo pero entre más te lo permites menos desagradable se vuelve.
Cada cosa que ha cambiado, cada persona que se ha ido, ha creado un duelo. Es muy importante darse permiso de atravesar ese proceso no con los pensamientos sino con el cuerpo (es decir, sentirlo).
Por alguna razón que no entiendo, muchos hombres leen este blog.
Este mensaje es sobre todo para ustedes: déjense llorar. Dejen de reprimir su tristeza. Dejen de “subirla” a su cabeza y racionalizarla y justificarla y decirse frases como “bueno, todo va a estar bien” o “hay que verle el lado bueno” o “lo importante es tener una buena actitud” o “tiene sentido…”.
Las emociones no tienen ese tipo de sentido pero sí tienen un sentido. Es muy importante dejar que nos atraviesen el cuerpo y el alma.
Si quieren llorar, háganlo. Está bien si al principio no quieren que nadie los vea. No nos hace débiles, eso es una idea absurda que nos regaló la sociedad. Al contrario.
Yo lo que he hecho últimamente es levantarme, desayunar y encerrarme en mi cuarto a escribir un inventario de dolor. Escribo todo lo que me duele.
La primera vez que lo hice fue muy incómodo y difícil, pero cada vez se ha vuelto más fácil y ya casi hasta me emociona ese momento del día.
A veces salen listas de una situación tras otra, a veces párrafos enteros de una misma cosa.
Acaban plasmados dolores físicos (ni siquiera tienen que ser grandes), dolores emocionales, momentos que me enojaron ayer, situaciones que llevan años causándome malestar.
A veces me tardo 15 minutos y a veces una hora.
Casi diario vierto un montón de lágrimas que no sabía que tenía ahí guardadas y listas para salir.
Y siempre —siempre— me siento mejor después de que lo hago. Después de varios días de hacerlo, hasta mi perspectiva sobre la vida cambia y todo se siente mucho más esperanzador.
Suena sencillo y es difícil. Suena complicado pero es muy simple.
Hagas lo que hagas, llora, siente, saca todo ese dolor viejo de años y años.
Este año es el momento para aprender a conectar lo que tenemos adentro. Es nuestra oportunidad de dejar de ser tan cerebrales porque no podemos vivir solamente de nuestro cuello para arriba. Eso no es vida.
(D, si estás leyendo esto, ya sé :v).
En realidad no sabía qué iba a salir cuando me sentara a escribir.
A diferencia de las otras 199 entradas que he escrito (ajá, esta es la #200, WTF), esta no nació porque sintiera que quería decir algo.
Pero ya está.
Cuéntame en los comentarios sobre cómo estás viviendo esto.
No estás sola. No estás solo. Estamos todxs juntxs en esto.
Literal.