Bitte keine Grammatik!!

El otro día, haciendo limpieza en el ordenador me encontré con un texto que escribí en alemán hace ya diez años. En aquel entonces estaba en Berlín, y como trabajo fin de curso en la escuela de idiomas a la que iba mi profesora nos mandó escribir un pequeño periódico. No lo he encontrado entero, pero no tenía desperdicio, se llamaba “Die Hausschuhe von Nike”, “Las zapatillas de estar por casa de Niké”, que es la diosa griega que hay representada en la puerta de Brandemburgo, y por favor, se pronuncia Niké. Su homóloga romana era Victoria. No tengo ni idea de por qué le pusimos ese nombre al periódico, ya no me acuerdo, pero veo mi mano en esa decisión; es mega épico, me encanta.

La cuadriga de la puerta de Brandemburgo y la diosa griega Niké.
El texto tiene muchos fallos, y algunas frases no las entiendo del todo bien. Ya no recuerdo lo que quería decir en cada oración, pero está lleno de ironías y frases con doble sentido muy españolas, pero alemanizadas.

Recuerdo que a mi profesora le encantó, y teniendo en cuenta que lo escribí cuando llevaba aprendiendo alemán desde hace poco tiempo, estoy bastante orgullosa de él. Fue el texto más largo que escribí yo sola.

En una parte escribo el Konjunktiv como Susanne I y Susanne II, ese era el nombre de mi profesora, pero no sé porqué lo nombré así. Igual hacía poco que lo estudiamos, y fue mi homenaje.

El artículo se llama Bitte keine Grammatik!! y trata sobre la gramática alemana, y lo placentero que resulta estudiarlo. Espero que lo entendáis. Y, decidme, ¿compartís mi opinión sobre la gramática alemana?

Bitte keine Grammatik!! 

Wenn man Deutsch lernen möchte, dann sagt man auch „ja“ zur Grammatik.
Aber, was ist Grammatik? Grammatik ist wie ein Teufel mit vielen Einzelheiten. Der Teufel steckt sich im Detail. 


Am Anfang, wenn du in die Deutschesprache hiningehst, beginnen die Probleme: die kleinen süßen Worte „der“, „die“ und „das“. Sie sind verräterisch. Das erste Mal dass du sie begegnen, merkst die Verkleidung nicht. Sie scheinen wie ein kleinen und süßen Bär zu sein. Aber der Bär kann kratzen, weil man immer „der“, „die“ und „das“ braucht um einen korrekten Satz zu bauen.

Wenn sie im Kopf sind, muss man „Zum Glück“ etwas Neues lernen: unsere lieben Nominativ, Genitiv, Dativ und Akkusativ. Danach fühlt sich dein Gehirn wie ein Seil in ein Sack; alles ist durcheinander.

Im Moment können wir nur im Präsenz sprechen, und jetzt müssen wir weiter im Text; dafür brauchen wir Zeit-Formen. Und das ist der Tropfen, der das Fass zum überlaufen bringt. Wir können nicht immer im Präsenz sprechen, und aus diesem Grund müssen wir in das Zeit-Formen-Labyrinth eintreten, und vielleicht nie mehr heraus können.

Das Präsens zum Sprechen ist wie ein Curry Wurst zum essen, es ist gut und einfach.

Die anderen vier Zeit-Formen sind: 

-Das„wunderbar“ Partizip Perfekt: Das ist die komplizierte Vergangenheit. Wir müssen das Verb ans Ende werfen und es nicht vergessen in einem langen, langen, laaaaaaagen Satz.


-Das „kleine“ Präteritum: Das kleine Präteritum ist immer in einem Winkel: die Humanität vergisst es immer, und nur erinnern in Vergangenheit zu schreiben.

-Das zukünftige Futur. Es ist eine ruhige Insel im Zentrum von einem wütenden Meer. Es ist immer gut zu wissen, was man morgen machen muss.

-Unser lieber Konjuntiv: Susanne I und Susanne II. Diese Zeit-Formen brauchen keine Vorstellung. Wenn wir es benutzen möchten, verwandeln sie sich in der verrückten Hutmacher.

Der verrückte Hutmacher, el Sombrerero loco de Alicia.
Mit Susanne I muss man Abstand halten.

Susanne II ist sehr höfflich und wir träumen zusammen mit ihr.

Wir haben die Grammatik schon gelernt. Aber wenn ein Problem weniger ist, kommen drei neue: Wortschatz, Präpositionen und Konnektoren.

Wortschatz ist die Welt wo die kleinen süßen Worte „der“, „die“ und „das“ liegen. Ein Fluss der nie endet.

Dann kommen wir zu dem großen gemischten Topf; dort haben wir Präpositionen und Konnektoren, die den Satz erst würzen: die „Salz und Pfeffer“. Sie verbinden viele Zutaten wie ein Schneeball miteinander.

Trotzdem die Grammatik so schwer wie im Himalaya klettern ist, müssen wir wie eine Ameise studieren.

*

Mirando el alemán desde otro punto de vista, cuando ya llevo diez años estudiándolo, me doy cuenta de que por aquel entonces estaba mucho más concentrada en escribirlo bien, sin fallos, declinando los adjetivos y poniendo mucha atención a las preposiciones. Ahora he dejado todo eso muy de lado y me centro más en que la conversación fluya con naturalidad. Aunque si le dedicase un poco más de tiempo, mis frases serían mucho más correctas…

También me ha sorprendido la gran cantidad de frases o expresiones españolas que intento plasmar. Y me resulta curioso porque yo aprendí alemán en alemán; no me compré un diccionario español-alemán hasta que no llevaba un año estudiando el idioma, porque mis profesores nunca me hablaron en español, me enseñaron alemán con dibujos, tarjetas con imágenes y muchísima mímica.

Espero que mi artículo, digno del periódico „Die Hausschuhe von Nike“, os haya gustado.

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Un saludo.