Las doce princesas bailarinas – Die zertanzten Schuhe

 Las doce princesas bailarinas, en alemán “Die zertanzten Schuhe”, es el cuento número 133 del libro «Cuentos de la infancia y del hogar» escrito por los hermanos Grimm. 

Érase una vez un rey que tenía doce hijas, a cada cual más hermosa. Dormían juntas en una habitación con las camas pegadas unas a las otras. Por las noches, cuando ya se habían acostado, el rey cerraba la puerta con llave y corría el cerrojo. Mas por la mañana, al abrir de nuevo las puertas, se percataba de que los zapatos de las muchachas estaban estropeados de tanto bailar, y nadie podía explicar qué era lo que había sucedido.

El rey decidió hacer un llamado a su pueblo: quien descubriese adónde iban las princesas por la noche a bailar, podría elegir una, tomarla como esposa y, cuando el rey muriese, ocuparía su lugar en el trono. Mas había una pequeña condición, si el que se ofreciese a descubrir el secreto no podía resolverlo en tres días y tres noches, perdería la vida.

Poco tiempo después un príncipe se presentó, declarando que sería capaz de resolver el misterio. Su llegada fue bien recibida, y por la noche se le condujo a una habitación ubicada al lado de la de las princesas, donde se instaló una cama. Para que su tarea de vigilar y averiguar adónde iban las muchachas fuese efectiva, el rey decidió dejar la puerta abierta.

Mas por la noche, el príncipe empezó a sentir que tenía plomo en los ojos y se acabó durmiendo. Al despertar por la mañana se horrorizó al darse cuenta de que las doce hijas del rey se habían marchado a bailar, los zapatos estaban completamente desgastados y llenos de agujeros.

La segunda y tercera noche pasaron exactamente igual, y el príncipe fue decapitado sin ninguna compasión. Después de él se presentaron muchos más candidatos, pero todos acabaron igual; perdiendo la cabeza.

Un tiempo más tarde, un pobre soldado iba en dirección a la ciudad, había sido herido y no podía seguir en el ejército. Se encontró con una mujer que le preguntó adónde iba:

—Ni yo mismo lo sé —contestó, y añadió en tono de broma—: Me gustaría averiguar dónde desgastan sus zapatos las princesas y luego convertirme en rey.

—Bueno, eso no es tan complicado —dijo la mujer—. Lo único que tienes que hacer es no beber el vino que te llevarán por la noche y simular estar profundamente dormido. —Le dio una pequeña manta y añadió— con esto te harás invisible, y así podrás seguir a las doce muchachas.

Con esas instrucciones el soldado se tomó en serio la idea, así que se encaminó hacia el palacio para presentarse como voluntario. Fue tan bien recibido como los anteriores y le dieron vestidos principescos. Por la noche fue guiado a la habitación contigua a la de las princesas, mas cuando se iba a meter en la cama la hermana mayor le ofreció un vaso de vino. Pero el soldado, que ya estaba alertado, se había atado una esponja a la barbilla y dejó que el vino resbalase, sin beber ni una sola gota. Se acostó y al poco rato empezó a roncar como si estuviese profundamente dormido.

Las doce hermanas lo escucharon y rieron.

—Se podía haber ahorrado su muerte —dijo la mayor.

Luego se levantaron, abrieron los armarios, arcas y cajones y sacaron magníficos vestidos. Se prepararon delante del espejo y saltaron de un lado a otro, contentas por marcharse al baile.

—No sé… vosotras estáis muy felices. Pero yo tengo una sensación horrible. —Empezó a decir la más pequeña—. Siento que nos va a ocurrir una desgracia.

—Eres una tonta que siempre se asusta de todo —respondió la mayor—. ¿Te has olvidado ya de cuántos príncipes han tratado, en vano, de descubrirnos? Al soldado no hacía falta ni darle la poción para dormir, el muy patán ni se habría despertado.

En cuanto estuvieron listas pasaron por la habitación del soldado, pero el hombre tenía los ojos cerrados y permaneció quieto, haciéndoles creer que estaba completamente dormido.

La mayor de ellas se dirigió a su cama y le dio unos golpes. El mueble empezó a hundirse en el suelo y todas pasaron por la abertura, una tras otra, la mayor la primera. El soldado, que lo había visto todo, las siguió presuroso. Tomó su pequeña manta invisible y se metió en el hueco tras la hermana pequeña; a mitad de la escalera le pisó un poco el vestido.

—¿Qué ha sido eso? —preguntó la chica, asustada—. ¿Quién se agarra a mi falda?

—No seas tan estúpida. Te habrás enganchado con algo —respondió la mayor.

Continuaron bajando y, cuando llegaron al final, se encontraron en una maravillosa avenida llena de árboles con hojas de plata que refulgían con esplendor. 


«Necesito una prueba de esto», pensó el soldado, mientras arrancaba una ramita, produciendo un fuerte crujido al romperla.

—Algo no está bien, ¿habéis escuchado ese ruido? —preguntó la más joven.

—Son disparos de júbilo, porque pronto podremos liberar a nuestros príncipes —contestó la mayor.

Siguieron caminando hasta que llegaron a una avenida en la que las hojas de los árboles eran de oro, y luego a otra en la que eran de diamantes. El soldado tomó una rama de cada una de ellas, y en ambas ocasiones asustó a la más joven. A lo que la mayor insistió en que eran disparos de alegría.

Anduvieron hasta que llegaron a una enorme masa de agua donde había doce barquitos y, en cada uno de ellos, un apuesto príncipe que las esperaba. Las hermanas se subieron y el soldado se fue con la menor.

—No sé qué pasa. El barco es hoy muy pesado, y tengo que remar con todas mis fuerzas para poder avanzar —dijo el príncipe, sorprendido.

—Será cosa del tiempo— contestó la más joven—, hace mucho calor.

En la orilla opuesta se encontraba un magnífico y bien iluminado palacio del que salía una alegre música de trompetas y timbales. Remaron hasta allí y al llegar, cada príncipe bailó con su favorita. El soldado también lo hizo, invisible, debajo de su pequeña manta. Y cada vez que la princesa más joven levantaba un vaso de vino, él se lo bebía, vaciándolo antes de que tocase los labios de la muchacha, con el consiguiente azoramiento de ella; pero la mayor siempre la hacía callar. 

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Bombas en Alemania

A pesar de que el final de la Segunda Guerra Mundial queda ya lejos, han pasado 75 años desde entonces, a día de hoy en Alemania todavía quedan indicios vivos de aquella terrible época.

El país fue completamente bombardeado, hubo ciudades que quedaron destruidas hasta los cimientos. Muchas de las bombas que el Ejército Aliado lanzó no llegaron a explotar, y algunas se mantienen activas en el subsuelo, enterradas a varios metros de profundidad sin que nadie sepa de su existencia, hasta que salen a la luz. Se suelen encontrar de manera fortuita durante las excavaciones para construir pisos nuevos; incluso cuando se hacen encima de los restos de casas posteriores a la guerra. Las casas antiguas tienen un sótano, como mucho, pero con las nuevas edificaciones suelen construir también cocheras subterráneas, lo que implica hacer agujeros más hondos. Y así es como los obreros se encuentran con esos peligrosos objetos.

Los artefactos explosivos no se vuelven menos peligrosos con el tiempo; la edad y los efectos de la corrosión pueden incluso aumentar su peligrosidad. Por tanto, la eliminación de estas municiones sigue siendo una tarea muy importante, incluso décadas después del final de la Segunda Guerra Mundial.

El órgano encargado de la búsqueda y destrucción de toda esta artillería, ya sean municiones, bombas o granadas, es el Kampfmittelbeseitigungsdienst (KBD) “servicio de eliminación de municiones”. Aunque no solo destruyen estos peligrosos objetos, sino que también comprueban la contaminación que hayan podido dejar y se aseguran de que la zona en la que estaban enterradas sea segura. A parte de los descubrimientos realizados por casualidad, este órgano analiza las casi 330.000 fotografías aéreas que los Aliados tomaron de Alemania para controlar las regiones que bombardeaban, por lo que con ellas se puede saber con bastante exactitud dónde cayeron las bombas.

En caso de que alguien encuentre una bomba en su propiedad, está terminantemente prohibido intentar manipularla uno mismo. Hay que dar aviso a la policía o los bomberos.

No estoy segura de si todas las normas sobre este órgano son a nivel nacional o cada estado tiene su regulación. Por lo que he encontrado, en algunos Bundesländer hay tantas peticiones para desactivar municiones, que si este órgano no puede llevarlo a cabo, existen empresas privadas que lo realizan. Creo que luego el Kampfmittelbeseitigungsdienst reembolsa todos los costes, pero no puedo asegurar que sea así en todo el país (aunque imagino que sí).

Por lo general suelen ser bombas de la Segunda Guerra Mundial, pero alguna vez ha salido la noticia de alguna de la Primera, aunque es más improbable, ya que unos años más tarde el país fue arrasado, y todo lo que había ya en el suelo y no explotó en su momento, voló por los aires.

La zona en la que yo vivo fue muy bombardeada, pues era una región con muchísima industria. Se dice que casi el 50% de los ataques aéreos que se realizaron durante la guerra fue aquí, en la región de Nordrhein- Westfalen. Por eso no es de extrañar que cada cierto tiempo tengan que evacuar una zona de la ciudad porque se ha encontrado una bomba en la excavación de un edificio, una ampliación de la carretera o cualquier otra obra que implique hacer agujeros en el suelo.

La última pasó hace pocas semanas tuvieron que evacuar a 7200 personas porque la bomba que encontraron estaba activa, pero tan dañada que era imposible de transportar, así que tuvieron que explotar allí mismo. Las preparaciones duraron bastantes horas. Para evitar que la explosión afectase a los edificios circundantes tuvieron que colocar 70 toneladas de arena encima y dos tanques enormes de agua. Aun así, los coches de los alrededores resultaron dañados, aunque no las casas.

La primera vez que me enteré de que habían encontrado una bomba de la Segunda Guerra Mundial en mi ciudad me quedé muy sorprendida. No era algo que me esperase y casi que me dio un poco de miedo. ¿Estamos viviendo encima de minas sin ser conscientes de ellos? Después de tantos años aquí ya me he acostumbrado, pero cada vez que oigo que pasa de nuevo, siempre siento un enorme respeto por la situación.

Por suerte nunca he tenido que ser evacuada por que se haya encontrado una bomba donde vivo o trabajo, espero que nunca pase. ¿Y vosotros? ¿Habéis vivido alguna vez esa situación?

¿Qué os parece esto? ¿Pensabais que a día de hoy todavía podían quedar bombas activas enterradas?

Bibliografía:

Stadt koeln.de
Im.nrw
Rp.baden-wuerttemberg.de

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Sacro Imperio Romano Germánico – Dinastía Otoniana

Como ya vimos en la entrada anterior de historia en la que hablamos de los Carolingios, Carlomagno fue coronado en Roma como Imperator Augustus, este hecho se podría considerar como el que pone las bases para la creación del Sacro Imperio Romano Germánico, a partir de ese momento todos los emperadores fueron coronados por el papa, lo que unió al imperio y a la iglesia durante muchos siglos. Pero no fue hasta el 962 cuando se formó de manera oficial el Sacro Imperio Romano Germánico. La primera dinastía fue la Otoniana, también llamada Sajona, pues los reyes provenían de Sajonia. 

El primero de la dinastía fue Enrique I de Sajonia (919-936), más tarde conocido como “el Pajarero”. Fue duque de Sajonia antes de convertirse en rey de Alemania. Se supone que el sobrenombre proviene porque en el momento en el que recibió la noticia de que iba a convertirse en rey estaba cazando aves.

Su reinado comenzó en el año 919 y desde el principio estuvo lleno de conflictos, en especial con la vecina Lorena, hasta que unos años más tarde la une a su reino. También consiguió someter Borgoña y durante diez años tuvo que pagarles a los húngaros un tributo para que no les atacasen. Los húngaros eran algo así como los sucesores de los hunos; unos guerreros muy poderosos y con pocos escrúpulos a la hora de robar y matar. Durante estos años de tregua Enrique I se preparó para acabar con sus enemigos, construyó castillos en la frontera este de su reino y aumentó el número de jinetes.

En el año 933 los húngaros volvieron a atacar, pero el pueblo franco estaba lo suficiente preparado para contener el ataque. A mediados de marzo el ejército del rey Enrique I consiguió una importante victoria en las orillas del río Unstrut, y empujados por este triunfo atacaron a los vikingos que se había asentado al norte. Esta campaña también la ganaron y consiguieron expandir las fronteras del reino. A Enrique I se le consideraba un hombre muy inteligente y perspicaz que supo resolver con acierto todas las dificultades que se le pusieron por delante.

Lo sucedió su hijo Otón I el Grande (912-973), que es considerado por muchos como el primer emperador del Sacro Imperio Romano Germánico y el que le da nombre a su dinastía.

En el año 936 fue coronado rey en Aachen, en el trono de Carlomagno. En el 955 marchó con un enorme ejército, reclutando soldados de todo su reino, y se dirigió hacia Lechfeld, al noroeste de la actual Augsburgo, en una llanura junto al río Lech, para luchar de nuevo contra los húngaros. Su victoria fue aplastante, y supuso la última incursión del pueblo húngaro en la Europa Central.

Esta importante victoria, comandada por Otón I le dio el nombre de “el Grande”, como se le llamaría desde entonces. También se le denominó “Vater des Vaterlands”, (padre de la patria).

El papa Juan XII estaba en conflicto con el rey de Italia Berengario, así que pidió ayuda a Otón y le prometió hacerlo el defensor de la iglesia y coronarlo emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, igual que pasó con Carlomagno. En el año 960, después de vincular a su hijo Otón II (955-983) al poder, marcha para Italia para defender al pontífice de sus enemigos.

El 2 de febrero de 962 fue coronado emperador y su mujer, emperatriz, pues tenía la intención de que su dinastía fue una familia imperial.

Sin embargo, el papa Juan XII cambió pronto de idea y Otón I marchó sobre Roma para deponerlo. Los romanos vieron ese acto como el ataque de unos extranjeros inmiscuyéndose en sus asuntos, y rechazaron al nuevo papa de Otón, León VIII. Tras la muerte de Juan XII, Benedicto V fue elegido pontífice y después de una nueva campaña en el 966, Otón I consiguió afianzarse y que su hijo fuese nombrado emperador.

Otón I casó a su sucesor con la princesa bizantina Teófano (955-991), reforzando así la unión con el Imperio Bizantino. Tuvieron un hijo, Otón III (980 -1002).

Coronación de Otón II y Teófano.

Otón II no tuvo el carisma y autoridad que tenía su padre, por eso su reinado estuvo lleno de conflictos desde el principio, en especial con su primo Enrique II el Disputador y el rey Lotario, que se hizo de nuevo con la región de Lorena y llegó a ocupar Aachen durante cinco días. En el 980 firmaron un acuerdo de paz que estipulaba que Lotario renunciaba a Lorena a cambio de que Otón II reconociese los derechos de su hijo Luis V.

En el 981, una vez que Alemania estaba de nuevo bajo control, juntó un ejército enorme con caballos de combate y se dirigió a Italia para luchar contra los sarracenos, que se habían establecido en la costa meridional de Calabria, al sur de la península itálica. La batalla del cabo Colonna, el 14 de julio del año 982, fue una derrota apoteósica del ejército germánico.

La noticia de aquel fracaso se extendió con rapidez por el reino, los daneses y los eslavos aprovecharon el momento para sublevarse. En el 983 destrozaron Hamburgo, conquistaron Brandenburg, una buena parte de Sachsen y estuvieron a punto de hacerse con Magdeburg, una ciudad estratégica bastante importante.

Otón II murió un año más tarde, y tras su prematuro fallecimiento Enrique II el Pendenciero secuestró a su hijo con la intención de hacerse con la corona, pero el arzobispo Willigis lo obligó a devolverlo y fue su madre, Teófano, su abuela, la mujer de Otón I, Adelaida de Borgoña, y el propio arzobispo Willigis los que lo criaron y educaron. Se dice que Teófano fue una mujer muy inteligente y que tuvo la total confianza de Otón I. De hecho, fue reina regente hasta que murió.

Una vez que Otón III asumió el trono de Alemania, el papa de la época, Juan XV, le pidió ayuda para acabar con una sublevación en su contra, encabezada por Crescencio II, que acusaba al papa de colocar a familiares y amigos en puestos de poder, sin importarle que estos no tuviesen los méritos necesarios para ocupar tales cargos. Cuando Otón III ya se encontraba de camino a Roma, las dos partes del conflicto llegaron a un acuerdo, pues Crescencio II no quería a Otón cerca de Roma. Sin embargo, el papa murió, y el rey, aprovechando que estaba por allí, y el puesto estaba vacante, colocó a un primo suyo como pontífice; Bruno de Carintia que pasó a llamarse Gregorio V (972-999). Así, el nuevo papa coronó a Otón III emperador en el año 996.

Una vez que se hizo con el título de emperador, comenzó una serie de reformas en todo el imperio a las que llamó Renovatio imperii Romanorum. Con ellas quería acabar con las constantes peleas entre el emperador y el papa, y colocó de nuevo a Roma como centro del imperio.

Pero Otón III no permaneció siempre en Roma, y en cuanto puso camino hacia el norte, el caos se extendió en la capital; los romanos se negaban a ser gobernados por un bárbaro del norte que además les había impuesto un papa, que era otro bárbaro. Así, en el 997, Crescencio II logró deponer a Gregorio V y lo sustituyó por Juan XVI. Otón regresó y, tras hacerse de nuevo con el control de Roma un año después, ejecutó a Crescencio en el Castillo de Sant’Angelo y al papa Juan XVI, al que llamaban antipapa, lo capturaron cuando intentaba huir de Roma. Los soldados del emperador se ensañaron con él, le arrancaron los ojos, le cortaron la nariz, las orejas y la lengua, le rompieron los dedos y luego lo pasearon por las calles de Roma montado en un burro. Fue condenado a muerte, pero al final se le envió a un monasterio donde permaneció hasta que murió.

Al año siguiente Gregorio V murió en extrañas circunstancias, y Otón nombró un nuevo pontífice sin consultar con los otros miembros de la iglesia. Este fue Silvestre II, un hombre de confianza del emperador. Fundaron un arzobispado en Polonia, y contribuyeron al proceso de cristianización en ese país y en Hungría. Pero en Roma se producían levantamientos de manera periódica, y en el 1001 Otón III y el papa tuvieron que huir. En el camino para la reconquista de la ciudad el emperador falleció; algunos dicen que fue por malaria, otros aseguran que la viuda de Crescencio II se tomó su venganza y lo envenenó.

Lo sucedió en el trono de Alemania Enrique II el Santo (973-1024), hijo de Enrique II el Pendenciero, que quiso instaurar en los monasterios y abadías una política de austeridad, siguiendo la Regla de San Benito. Muchos monjes se opusieron a ello y abandonaron la iglesia, pero la gran mayoría de ellos se dieron cuenta de que la vida secular era mucho más dura, y regresaron, dispuestos a aceptar las condiciones de Enrique II.

Boleslao I el Bravo de Polonia quiso aprovechar el cambio de rey en el país vecino para hacerse con una parte de su territorio, así pues invadió la frontera este del imperio. El ataque fue tan importante y Enrique II tuvo tan poco apoyo por parte de los duques, que acabó cediendo una parte del territorio y los polacos llegaron a invadir su reino hasta llegar a Bohemia.

Los problemas no acababan ahí, sin poder expulsar a los polacos tuvo que dirigirse a Italia para enfrentarse con Arduino de Ivrea (955-1015), que se había proclamado rey. En el 1004 fue coronado emperador por el arzobispo de Milán, y en el 1014 obtuvo la gracia papal, fue coronado emperador del Sacro Imperio Romano Germánico por el papa Benedicto VIII.

Después se dirigió de nuevo hacia el territorio usurpado por los polacos. La campaña culminó con un tratado de paz en 1018 por el que el ducado de Polonia entregó de nuevo Bohemia.

Enrique II murió en 1024 y fue enterrado en la catedral de Bamberg. No tuvo hijos, y tras su muerte, el trono quedó sin heredero. Fue canonizado por el papa Eugenio III en 1146; Inocencio III hizo lo mismo con su esposa santa Cunegunda en 1200.

Su sucesor fue Conrado II de la Dinastia Salia, con el que se abre un nuevo capítulo en la historia de los emperadores del Sacro Imperio Romano Germánico. Que veremos en una entrada siguiente.

Así queda Europa:

Una de las mayores herencias que ha dejado esta dinastía fue su arte, el llamado arte otoniano. Es un estilo en el arte prerrománico germano que gira alrededor de la Corte, pues fue creado para asentar el vínculo entre los emperadores y la iglesia.

Dentro de la arquitectura, las dos iglesias que mejor lo representan son la catedral de Espira (Speyerer Dom), incluida en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco en 1981.

La iglesia de San Miguel en Hildesheim también fue añadida a la lista del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco en 1985. 

Mientras tanto en el mundo…

El siglo X es un período donde la cultura comienza a florecer, en especial en el mundo árabe. Córdoba se convierte en la capital del Califato de Córdoba, en estos años se vivió el máximo esplendor político, cultural y comercial de Al-Ándalus.
En China se inventa la imprenta y se tiene el primer registro de armas de fuego.
En Persia se construyen los primeros molinos de viento.
En Guatemala y el sur de México los mayas comienzan a desaparecer, pero florecen en Yucatán.
En el 975 se funda la universidad de Al-Azhar en El Cairo, la primera escuela religiosa del mundo.
Erik el Rojo (950-1003), pirata y explorador vikingo, llega a Groenlandia.

Nombres de este periodo de la historia a tener en cuenta en alemán:

Heinrich I, der Vogler – Enrique I el Pajarero.
Otto I., der Große – Otón I el Grande.
Heinrich, der Zänker – Enrique II el Pendenciero.

(Licencia de escritora, no sé yo con qué nombre me gustaría menos que me recordasen para la posteridad, si con el Pajarero —con su inevitable juego de palabras—, o con el Pendenciero).

Bibliografía:
Deutsche Geschichte für Dummies, páginas de la 115 a la 135.
Pedacitoshistoriarte

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Esto tan solo ha sido una pequeña parte de lo que es la historia de Alemania, aún queda mucho que contar y mucho que aprender. ¿Te vienes con nosotros de viaje al pasado? 

¡Un saludo!

8 mitos que te detienen para aprender francés

Nota: Este artículo fue escrito por un invitado*.

Justo antes de comenzar la travesía de aprender un nuevo idioma, nos atacan los miedos: ¿Será muy difícil? ¿Y si lo pronuncio muy mal? ¿Para qué lo voy a usar?

Aquí hemos hecho una lista de los 8 mitos más comunes que llegan a tu mente cuando estudias francés y las razones por las que NO son ciertos. 

MITO #1: El francés es muy difícil

Esto es FALSO. El francés es uno de los idiomas más sencillos de aprender, sobre todo si ya hablas español.

Al ser ambas lenguas romances (que vienen del latín), tienen muchas reglas y palabras iguales que te harán el proceso de aprendizaje más rápido y sencillo. 

De hecho, el español es MUCHÍSIMO más difícil de aprender que el francés porque tiene más palabras y más tiempos verbales.

Apenas comiences a practicar francés, verás lo sencillo que es. Como ejercicio, puedes buscar las palabras que son iguales en los dos idiomas 一o al menos, similares一.

Si estar en un salón de clases incrementa tu miedo de aprender francés puedes optar por estudiarlo de forma online. Esto te ayudará con tu miedo escénico y te sentirás más cómodo en el aprendizaje.

Puedes empezar por aprender las frases básicas del idioma y verás lo rápido que puedes avanzar.

MITO #2: ¿Para qué aprender francés si solo lo hablan en Francia? 

Esto es FALSO. Hay 29 países en el mundo que hablan francés y además, la lengua francesa se ha posicionado como una de las más importantes del mundo. Fue seleccionada por la Unión Europea como lengua diplomática y eso la hace muy comercial e internacional. 

Hay alrededor de 300 millones de francoparlantes en el planeta. Es la segunda lengua romance más hablada de todo el mundo, así que te funcionará no solamente para ir a Francia, sino para comunicarte con más de 300 millones de amigos. ¿Acaso hay algo mejor?

MITO #3: Necesito tener familia francesa para pronunciar bien

Esto es FALSO. Si bien la pronunciación francesa es una de las más delicadas, cualquiera con suficiente práctica puede lograrlo y hablar perfectamente.

El único beneficio de tener familia francesa, si hablamos de aprender el idioma, es que tendrías el oído acostumbrado a las entonaciones y eso facilita la pronunciación.

¿Cómo puedes pronunciar mejor?

Consume mucho contenido en francés. Películas, series, comerciales, canciones, todo lo que se te ocurra. Mientras más escuches el idioma, tu cerebro tratará de imitarlo y poco a poco pronunciarás mejor. 

El mejor consejo es que JAMÁS te apures ni exageres la pronunciación. Es mejor que vayas poco a poco a que hagas un intento caricaturesco de lo que crees que es el francés. 

MITO #4: Para aprender francés, TENGO que ir a Francia 

Esto es FALSO. Gracias a la versatilidad del idioma y a la popularización de la cultura francesa, puedes aprender desde cualquier rincón del mundo.

Según el Ministerio de Educación Francés, hay más de 120 millones de personas en este momento tratando de aprender francés.

Si bien puedes ir a Francia a perfeccionarlo, o incluso estudiarlo, hay millones de alternativas que te pueden ayudar a aprender desde donde estés.

Hay aplicaciones para el celular, clases online, talleres virtuales. De todo. Tienes un sinfín de opciones que NO involucran tomar un vuelo e incluso te permiten tener clases con el mejor profesor de francés.

Tu estrategia de aprendizaje dependerá únicamente de ti, pero no necesitas mudarte a un país lejano para aprender. Desde casa está más que bien. Pero con una condición: ¡Disciplina!

MITO #5: A los franceses les tienes que hablar PERFECTO y no lo lograré 

Esto es FALSO. Uno de los mitos más grandes sobre la cultura francesa es que a los nativos les molesta que no hablen bien su lengua.

Como buen país turístico, todos los franceses entienden que hay cientos de personas que visitan sus tierras con el propósito de mejorar su francés

Además, en Francia hay cientos de institutos dedicados únicamente a la enseñanza de francés, por lo que hay millones de estudiantes que como tú, buscan aprender a hablar. Nadie nace aprendido y todos necesitan practicar. No temas hablar con nativos, serán tus aliados para todo.

Si logras hacer amigos nativos, te aseguro que estarán más que felices de ayudarte. La historia de que los franceses son rudos o antipáticos cuando les hablas en otro idioma, es completamente falsa. ¡No tengas miedo! 

MITO #6: Aprender francés es muy costoso

Esto es FALSO. Si bien existen instituciones con mucha tradición en la enseñanza del francés con tarifas muy altas, en la actualidad tienes muchas opciones accesibles.

Puedes aprovechar Internet para encontrar opciones bastante económicas. No tienes que sacrificar la calidad de tu aprendizaje, incluso puedes estudiar con profesores que dan clases online, lo que sin duda será un plus en tu proceso de aprendizaje. ¡Viva la tecnología!

MITO #7: Tengo que ser EXPERTO en gramática para hablar bien 

Esto es FALSO. Sí, aunque te parezca extraño, es falso. No es necesario que seas un experto en gramática francesa para que aprendas a comunicarte cómoda y fluidamente. ¿Acaso eras experto en español cuando eras bebé? ¡No! 

Si bien la gramática te ayuda a formalizar tus conocimientos, lo importante es que con la práctica de hablar, leer y escuchar, pronto tu sentido común pueda hablar por ti y ayudarte a lograr la fluidez que deseas.

Si estudias francés en un entorno profesional, es importante que le prestes atención a la gramática, pero si buscas aprender por pasatiempo o porque estás enamorado de Francia, no tienes que preocuparte demasiado por saberte todas las reglas. ¡Tómatelo con calma! 

MITO #8: Para hablar francés, tengo que practicar MUCHO todos los días 

Esto también es FALSO. Bueno, al menos parcialmente. Si tu meta es mejorar tu francés y comunicarte de forma fluida, TIENES que practicar todos los días.

Sin embargo, no es necesario que estudies horas. Con dedicarle 10 minutos de tu tiempo a recordar lo que sabes de francés todos los días, harás del idioma un hábito y hablarlo será sencillo. 

¿Por qué practicar todos los días?

Nuestro cerebro está diseñado para trabajar con costumbres. Todo lo que haces, quieras o no, está marcado por una rutina. La forma en la que te cepillas los dientes, te pones la ropa, lavas los platos. Todo tiene un mecanismo prediseñado.

Practicar todos los días hará que el francés deje de ser un extraño para tu mente y se vuelva parte de tu cotidianidad.

Mientras más practiques, más cómodo te vas a sentir con el idioma y el miedo quedará a un lado. ¡Dedícate al menos 10 minutos al día! Verás las diferencias.   

¿Qué te parece?

Ahora que sabes que estos mitos son falsos, ¿estás listo para aprender francés?

¿Se te ocurre algún otro mito que te esté deteniendo?

*Olivier de www.francesconolivier.com, un francés (de Bordeaux) que vive en Colombia desde más de 4 años y se dedica a dar tips sobre Francia, el idioma y la cultura francesa.

¡Espero que lo hayas disfrutado!

Babylon Berlin
Nombre: Babylon Berlin.
Director: Marcel Gisler.
País: Alemania.
Año: 2017-2020.
Género: Drama, crimen.
Duración: 45 minutos por capítulo.
Mi puntuación: 9 sobre 10.
Reparto:
Volker Bruch como Inspector Gereon Rath.
Liv Lisa Fries como Charlotte Ritter.
Peter Kurth como Bruno Wolter.
Matthias Brandt como August Benda.
Leonie Benesch como Greta Overbeck.
Lars Eidinger como Alfred Nyssen.
Benno Fürmann como Oberst Günther Wendt.
Fritzi Haberlandt como Elisabeth Behnke.
Karl Markovics como Samuel Katelbach.
Mišel Matičević como Edgar Kasabian/El armenio.
Babylon Berlin es una serie de televisión adaptada de las novelas del escritor y periodista Volker Kutscher, la saga que la inspiró es la Serie Gereon Rath, el primer libro se llama Sombras sobre Berlín y se publicó en 2010. De momento hay siete novelas publicadas, la octava se prevé que salga pronto..

La historia se desarrolla en un Berlín de entreguerras a partir del 1929, durante los últimos años de la República de Weimar. El Berlín que se nos muestra es una ciudad donde conviven todo tipo de personas, ideologías y estatus sociales. Lujuria, comunismo, hambre y depravación.

Todo comienza cuando Gereon Rath, un inspector de policía de Colonia, se incorpora al Departamento de Costumbres de Berlín (antivicio) para investigar una red de pornografía. Además, hay una foto muy comprometedora que implica al alcalde de Colonia y los demonios internos del propio inspector se pasean a sus anchas entre cada una de las dosis de su “medicina”.

Su nuevo compañero Bruno Wolter es un hombre un tanto osco y bastante serio, no confían mucho el uno en el otro, pero no les queda más remedio que trabajar juntos.

Charlotte Richter es una joven proveniente de una familia muy humilde que se gana la vida como puede, ya sea con trabajos diarios de mecanógrafa, o nocturnos de dudosa legalidad. En uno de estos días laborales se cruza en el camino del inspector Rath y, aunque es una mujer, no duda en intentar hacerse un hueco dentro de un mundo dominado por hombres machistas. 

Todo ello en un Berlín a punto de explotar, con una diferencia enorme entre las clases sociales; gente muy rica, otros muy pobres, y varios grupos de revolucionarios queriendo tomar el control. Comunistas inconformes con el gobierno y un grupo de extrema derecha muy beligerante que empieza a asomar la cabeza con fuerza, metiéndose hasta en las más altas esferas del ejército.
Al principio, la serie es una amalgama bastante confusa, hay que darle un par de capítulos de margen para acostumbrarnos a su estética y sonido, pero una vez superado ese escollo, la historia y la trama empiezan a enredarse cada vez más de una manera muy interesante. La segunda y tercera temporada son incluso mejores, con giros inesperados que nos mantienen en vilo durante cada capítulo.

Los personajes están muy bien trabajados, tienen mucha personalidad y se les acaba tomando cariño, o detestando.

No sé cómo era el Berlín de aquella época, por lo tanto, ignoro si la realidad que se muestra era así. Pero puedo imaginarme que sí, pues los detalles que nos van dando encajan bastante bien con el desastre que se desatará unos años después.

Esta producción tiene un presupuesto muy por encima de la media, y eso se nota muchísimo. La escenografía y la imagen están muy bien cuidadas y trabajadas. Es muy fácil meterse en aquella época y vivir las penurias y alegrías de los personajes.

Hay un dato que me llamó muchísimo la atención; en la tercera temporada uno de los personajes tiene su residencia en un palacio increíble cerca de Berlín, o eso dicen, pues en la vida real el lugar existe, pero está un poco alejado de allí, es el palacio de Drachenfels, cerca de Colonia, es decir, a 6 horas en coche. Pero quitando ese detalle, que más que molestarme, me pareció gracioso, la serie me ha encantado.

De momento solo hay tres temporadas, y no se ha anunciando una cuarta, pero espero que la haya. Mientras tanto, descubriré qué diferencias existen con los libros, si es una fiel adaptación o tan solo se basan en ellos.

Una serie muy recomendada.

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Hijos del Tercer Reich

Deutschland 83

Dark

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Desgraciadamente el cine alemán no es famoso en el mundo entero, y debido a eso mucha gente se pierde grandes películas y series. Si no te quieres perder ninguna de estas obras pásate por esta página.

¡Un saludo!

Freiburg


Freiburg im Breisgau, más conocida como Freiburg, traducida en español como Friburgo de Brisgovia, es una ciudad del estado federado de Baden-Wurtemberg. Se la considera como la puerta de entrada a la
Selva Negra (Schwarzwald). Está ubicada al suroeste del país, y es una de las ciudades más meridionales de Alemania; a unos 180 kilómetros de Stuttgart, a poco más de 20 kilómetros de la frontera con Francia y a alrededor de 60 de Suiza. El río Dreisam, un afluente del Elz, que a su vez termina volcando sus aguas en el Rin, pasa por un lateral del casco antiguo, pero el casco antiguo de la ciudad está lleno de pequeños arroyos que se han hecho muy populares y le dan un toque único.

Tiene unos 230.000 habitantes, lo que la convierte en la cuarta población más grande del estado. Una de sus principales características es su buen clima; es una de las ciudades alemanas con mayores horas de sol anuales y con una temperatura media que ronda los 11°C.


Historia

En 1091 la familia de los Zähringer construyó un castillo en la Schloßberg y unos años más tarde, en 1120, elevaron un pequeño asentamiento en lo que hoy es el sur del casco antiguo. La construcción de estas edificaciones se considera como la fundación de la ciudad, pues la población comenzó a crecer a raíz de ello.

La excelente ubicación, los abundantes depósitos de plata que hay en la Selva Negra, así como la obtención del derecho de mercado, hicieron que el crecimiento y el poder en los primeros años fuese exponencial. En 1200 Bertold V mandó construir una iglesia nueva, que pasó a convertirse en la catedral de la ciudad.

La muerte del conde Bertold V supuso el final de los Zähringer, y su sobrino, Egino, de la familia de los condes de Urach, le sucedió en 1218. Desde entonces los gobernantes pasaron a llamarse los Condes de Friburgo. Durante los siguientes 150 años estuvieron inmersos en diversas guerras con otros gobernantes, así como en importantes disputas con los habitantes de la ciudad. Hasta que en 1368 los ciudadanos más ricos de la ciudad compraron el castillo del Schloßberg por 15.000 marcos y se pusieron bajo el mandado de los Habsburgo.

Fue una ciudad imperial entre los años 1415 y 1427. A mediados del siglo XV el Archiduque Albrecht construyó la universidad, y en 1620 los jesuitas se hicieron cargo de ella.

Durante la Guerra de los Treinta Años la ciudad tuvo que soportar numerosos ataques que diezmaron su población a 2.000 personas y destruyeron los suburbios.

En 1677 Freiburg fue asediada y capturada por las tropas francesas, este hecho fue la culminación de la destrucción de la ciudad. A instancias de Luis XIV, el constructor de fortalezas Vauban completó el trabajo de construcción iniciado por los Habsburgo, demolió las murallas de la ciudad y construyó una fortaleza con ocho bastiones alrededor del casco antiguo. En Schloßberg, se construyeron tres fuertes encima de otros antiguos castillos.

Vista del Schlossberg

Desde 1697 la posesión de la ciudad se fue alternando entre Francia y Austria hasta que en 1805 Napoleón la incorporó al Gran Ducado de Baden, y años más tarde se vio envuelta en las guerras de liberación en 1813 y 1814.

En 1899 la universidad de Friburgo fue la primera en Alemania en inscribir a una mujer en sus aulas.

Durante la Segunda Guerra Mundial quedó parcialmente destruida por ataques aéreos y una vez acabado el conflicto bélico, pasó a forman parte de la Alemania gobernada por los franceses. Si queréis saber más detalles de cómo se vivió la época del nacionalsocialismo en Freiburg, os dejo un enlace a la página de la ciudad, aunque está en alemán: Freiburg.de.

A día de hoy es una ciudad universitaria muy importante; se estima que de los 200.000 habitantes, 30.000 son estudiantes.

Qué ver

La estación central está muy cerca del casco antiguo, a menos de diez minutos andando.



Freiburger Münster – Catedral de Friburgo 
La catedral de Freiburg, dedicada a la Virgen María, se considera como uno de los edificios góticos alemanes más importantes, pues ha llegado a nuestros días en perfecto estado; a pesar de las guerras, nunca fue dañada.

Freiburger Münster

Se comenzó a construir en el siglo XII bajo el reinado del duque Conrado de Zähringen, y a lo largo de los años ha sufrido tantas remodelaciones, que de la pequeña iglesia quedan pocas cosas. La segunda etapa de construcción se inició en 1210, y la tercera en 1230. La iglesia se convirtió en la sede del obispado de Friburgo, cuando fue elevada a catedral en 1827.

Uno de los mayores atractivos de la catedral es su coro, tiene un estilo que sigue las ideas de Peter Parler, un arquitecto alemán que vivió en el siglo XIV, sus mayores obras son la catedral de San Vito y el Puente de Carlos, en Praga.

También destacan el altar mayor construido por Hans Baldung Grien donde se encuentra un políptico de la Coronación de la Virgen

La torre fue construida en 1350, mide 116 metros y se puede visitar si se paga la entrada.

Os dejo un enlace con más información, así como los horarios y las tarifas para las vistas: Página web oficial

Münsterplatz – plaza de la catedral

La plaza de la catedral está formada por edificios con mucha historia, entre los que se encuentran el Palacio Arzobispal, de mediados del siglo XVIII, la Haus zum Ritter de 1756 o la Wernzigerhaus, que data del 1761 y fue construida en un estilo rococó por el pintor y escultor Ch. Wenzinger. El antiguo Hauptwache, el edificio de la guardia de la ciudad, de principios del siglo XVIII y en otro de los laterales encontramos el Basler Hof, un palacio gótico de principios del siglo XVI.

Basler Hof
Pero sin duda, el edificio que más llama la atención es la Kaufhaus, una casa roja con una fachada decorada con esculturas de los emperadores de la familia de los Habsburgo. Fue construida en entre los años 1525 y 1535 como almacén. En aquella época todos los comerciantes debían pagar unos impuestos; para eso se debía comprobar la carga que llevaban, y como el comercio había incrementado muchísimo, las colas que se formaban en la entrada de la ciudad eran kilométricas. Por eso se construyó este edificio, para que los comerciantes pudiesen dejar sus mercancías en el patio interior de 300 metros cuadrados mientras esperaban a ser atendidos. Pagina web oficial.
Kaufhaus
Como es normal en Alemania, todos los días, menos los domingos, en la plaza principal, en este caso, la Münsterplatz, se celebra el mercado. De lunes a sábados de 07:30 a 13:30. 

Bächle 

„Wer als Fremder Freiburg betritt, wird angenehm überrascht durch die vielen offenen Wasserläufe, welche krystallklar in den Straßen fließen.“ 

Stadtbeschreibung aus dem Jahr 1896

“Cualquiera que entre en Friburgo como un extraño, quedará gratamente sorprendido por los numerosos cursos de agua que fluyen cristalinamente por las calles”. Descripción de la ciudad del año 1896.

Freiburger Bächle

El nombre de Bächle es el diminutivo de la palabra alemana Bach, así que podríamos traducirlo como arroyuelo.
Así pues, los arroyuelos de Friburgo son unos pequeños arroyos creados de forma artificial que atraviesan distintas calles del casco antiguo. Se crearon en el siglo XII con el fin de proporcionar agua potable a los habitantes de la ciudad, y su longitud es de 15,5 kilómetros. Unos años más tarde se creó un decreto con el cual todo aquel que los ensuciase fuese multado. El agua proviene del río cercano Dreisam.
Se dice que si un turista pisa uno de estos Bächle sin querer, se acabará casando con una persona que provenga de Freiburg.

Schwabentor

Esta es una de las puertas que tenía la ciudad en la Edad Media. Fue construida a mediados del siglo XIII, aunque no se conoce con exactitud cuándo. La torre tiene una altura de 11 metros, 3 pisos. Se mantuvo en su forma original durante bastante tiempo, con algunas modificaciones, pero pequeñas cosas, hasta que a principios del siglo XX los cambios en la ciudad, y el tráfico, obligaron a hacer modificaciones. Fue rediseñada por Carl Schäfer, que combinó los componentes del siglo XIII con estructuras góticas tardías del siglo XV.

Schwabentor
En 1901, se elevó su altura a aproximadamente el doble y se adornó con un curioso frontón escalonado basado en los edificios del norte de Alemania. Pero este diseño no duró mucho, en 1954 el edificio fue desmantelado hasta el piso del reloj y el techo fue reemplazado por una pirámide, coronada por un campanario en forma de cebolla.

Schwabentor en 1936

Otro de los cambios que se realizó en la torre para adaptarla a la época moderna fue la construcción de la casa de entramado de madera que hay al lado, parece bastante antigua, pero data del año 1913, el túnel que tiene es el que los coches y el metro utilizan para entrar al casco antiguo, ya que la puerta de la propia torre era demasiado estrecha. 

Martinstor 

No se sabe con exactitud cuándo se construyó, se cree que a principios del siglo XII. El documento más antiguo en el que se menciona esta torre data del 1238, y se hacía referencia a ella como Porta Sancti Martini.

Martinstor 

Al igual que la Schwabentor, esta torre tuvo que ser modificada y adaptada a las necesidades actuales del tráfico y estructura de la ciudad. Cuando se propuso la modificación urbanística muchos habitantes dijeron que las torres molestaban y debían ser derruidas, pero el alcalde de la época se negó a ello, de hecho, hizo todo lo contrario, integró la torre en la ciudad agrandando la puerta y además aumentó su altura casi tres veces, de 22 a 63 metros.

En 1988, en el lado interior de la puerta, se colocó una placa en memoria de las víctimas de la caza de brujas que comenzó a finales del siglo XVI. Aunque nunca fueron encerradas en esta torre, los prisioneros que se encontraban aquí eran deudores, y por ello se decía que tenían el abrigo de San Martín sobre los hombros.

Rathausplatz – plaza del ayuntamiento

La plaza del ayuntamiento está rodeada por el antiguo monasterio franciscano con su increíble claustro, la Martinskirche y el antiguo y el nuevo ayuntamiento.

El antiguo ayuntamiento, altes Rathaus, un edificio rojo de mediados del siglo XVI fue construido mediante la fusión de varias casas antiguas, y originalmente estaba muy decorado. Como muchos de los edificios antiguos del centro de la ciudad, el antiguo ayuntamiento fue bombardeado en 1944 y quemado por completo. Fue reconstruido años más tarde, pero no tal y como lo estaba antaño y buena parte de su esplendor se ha perdido.

El nuevo ayuntamiento, neues Rathaus, está unido al antiguo, fue construido entre los años 1896 y 1901 uniendo varias casas ya existentes y que pertenecían a la universidad. Fue reconstruido a mediados del siglo XX.

Neues Rathaus
En esta plaza también se encuentra la Martinskirche, iglesia de San Martín, construida en el siglo XIII, y a su lado se alza la Haus zum Walfisch, Casa de la Ballena, me principios del siglo XVI en un estilo gótico tardío.

Universidad 

La Albert-Ludwigs-Universität se encuentra en el corazón de la ciudad desde 1457, abrió sus puertas con algo más de 200 estudiantes; en la actualidad hay más de 20.000 estudiantes matriculados, esto, junto con el resto de universidades hacen de la ciudad tenga un agradable ambiente joven y estudiantil.

Biblioteca de la universidad

Para tener cabida a tantos estudiantes el complejo de la universidad tuvo que expandirse fuera del casco antiguo, pero uno de los edificios que más controversia ha creado es la biblioteca. Su aspecto moderno contrasta enormemente con las edificaciones de los alrededores, y tiene muchos detractores.

Theather – teatro municipal

Teatro municipal

El teatro municipal se encuentra en la plaza de la universidad, al lado de la biblioteca. Es un edificio construido en 1498 como establecimiento para los gremios y lugar de baile. En 1866 fue traspasado a la ciudad y se convirtió en el Teatro Municipal. La primera temporada comenzó con la obra “Emilia Galotti” de G.E. Lessing que se estrenó el 15 de septiembre de 1866.
Página web oficial.

Augustinermuseum 

El edificio fue construido entre los siglos XIII y XIV; fue la iglesia y residencia de los monjes agustinos hasta que en 1823 la iglesia se convirtió en el primer teatro municipal de Alemania. 100 años más tarde pasó a tener la actual finalidad: un museo de historia del arte y de la cultura desde la Edad Media hasta el barroco.
Página web oficial.

Schlossberg

La familia de los Zähringer construyó el original Burghaldenschloss en esta montaña como la sede de su ducado. Esta instalación se conservó durante la Guerra de los Treinta Años bajo la soberanía de la Casa de los Habsburgo. Con la conquista de la ciudad por los franceses, Vauban diseñó y construyó una elaborada fortaleza que no se conserva por entero.

Vistas desde el Schlossberg

Desde aquí se pueden disfrutar de unas vistas increíbles de la ciudad, así como una vista panorámica del valle del Rin y la cordillera de los Vosgos.

Es posible subir andando, se tarda unos 25 minutos, o tomar un funicular. Dejo toda la información en el siguiente enlace.
Página web oficial.

Esto es un pequeño resumen de los lugares más importantes que hay que ver en Freiburg, pero si tenéis tiempo y curiosidad, os dejo una página oficial de la ciudad en la que nos ofrecen muchos más edificios y sitios de interés: Visit.freiburg.de

Opinión personal:

Debo decir que mi visita a esta ciudad fue hace muchos años, en 2013, por lo que solo tengo un vago recuerdo de ella. Aun así, la imagen que se me quedó fue de un lugar bonito, agradable y sin excesivo turismo.

Fuimos expresamente hasta allí, hasta casi la esquina inferior izquierda de Alemania, y mereció la pena, no solo por la ciudad, sino por el paisaje y el resto de sitios que hay por los alrededores, como la ciudad alemana de Gengenbach, las francesas Colmar y Estrasburgo o la suiza, Schaffhausen con las cataratas del Rín. Además de la increíble Selva Negra, por supuesto.

Sin duda, una visita muy recomendada, no solo la desviación hasta aquí merece la pena, sino hacer una ruta por toda la zona.

Que mi viaje a esta ciudad haya sido hace tanto tiempo es el responsable de que todas las fotos que hay en esta entrada las haya tenido que sacar de internet. Las que tengo en mi ordenador están mis acompañantes o tienen calidad de caca… por aquel entonces no tenía pensado hacer entradas en el blog con las ciudades que visitaba.

Bibliografía:

Guía total Alemania. Anaya touring 2011
Freiburg.de
Visit freiburg.de
Cityrundgang.de

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 Alemania es un país lleno de lugares con encanto que esperan ser descubiertas; grandes urbes, pequeñas ciudades y pueblos que parecen estancados en el tiempo. ¿Te animas a descubrirlas con nosotros?

¡Un saludo!




Bitte keine Grammatik!!

El otro día, haciendo limpieza en el ordenador me encontré con un texto que escribí en alemán hace ya diez años. En aquel entonces estaba en Berlín, y como trabajo fin de curso en la escuela de idiomas a la que iba mi profesora nos mandó escribir un pequeño periódico. No lo he encontrado entero, pero no tenía desperdicio, se llamaba “Die Hausschuhe von Nike”, “Las zapatillas de estar por casa de Niké”, que es la diosa griega que hay representada en la puerta de Brandemburgo, y por favor, se pronuncia Niké. Su homóloga romana era Victoria. No tengo ni idea de por qué le pusimos ese nombre al periódico, ya no me acuerdo, pero veo mi mano en esa decisión; es mega épico, me encanta.

La cuadriga de la puerta de Brandemburgo y la diosa griega Niké.
El texto tiene muchos fallos, y algunas frases no las entiendo del todo bien. Ya no recuerdo lo que quería decir en cada oración, pero está lleno de ironías y frases con doble sentido muy españolas, pero alemanizadas.

Recuerdo que a mi profesora le encantó, y teniendo en cuenta que lo escribí cuando llevaba aprendiendo alemán desde hace poco tiempo, estoy bastante orgullosa de él. Fue el texto más largo que escribí yo sola.

En una parte escribo el Konjunktiv como Susanne I y Susanne II, ese era el nombre de mi profesora, pero no sé porqué lo nombré así. Igual hacía poco que lo estudiamos, y fue mi homenaje.

El artículo se llama Bitte keine Grammatik!! y trata sobre la gramática alemana, y lo placentero que resulta estudiarlo. Espero que lo entendáis. Y, decidme, ¿compartís mi opinión sobre la gramática alemana?

Bitte keine Grammatik!! 

Wenn man Deutsch lernen möchte, dann sagt man auch „ja“ zur Grammatik.
Aber, was ist Grammatik? Grammatik ist wie ein Teufel mit vielen Einzelheiten. Der Teufel steckt sich im Detail. 


Am Anfang, wenn du in die Deutschesprache hiningehst, beginnen die Probleme: die kleinen süßen Worte „der“, „die“ und „das“. Sie sind verräterisch. Das erste Mal dass du sie begegnen, merkst die Verkleidung nicht. Sie scheinen wie ein kleinen und süßen Bär zu sein. Aber der Bär kann kratzen, weil man immer „der“, „die“ und „das“ braucht um einen korrekten Satz zu bauen.

Wenn sie im Kopf sind, muss man „Zum Glück“ etwas Neues lernen: unsere lieben Nominativ, Genitiv, Dativ und Akkusativ. Danach fühlt sich dein Gehirn wie ein Seil in ein Sack; alles ist durcheinander.

Im Moment können wir nur im Präsenz sprechen, und jetzt müssen wir weiter im Text; dafür brauchen wir Zeit-Formen. Und das ist der Tropfen, der das Fass zum überlaufen bringt. Wir können nicht immer im Präsenz sprechen, und aus diesem Grund müssen wir in das Zeit-Formen-Labyrinth eintreten, und vielleicht nie mehr heraus können.

Das Präsens zum Sprechen ist wie ein Curry Wurst zum essen, es ist gut und einfach.

Die anderen vier Zeit-Formen sind: 

-Das„wunderbar“ Partizip Perfekt: Das ist die komplizierte Vergangenheit. Wir müssen das Verb ans Ende werfen und es nicht vergessen in einem langen, langen, laaaaaaagen Satz.


-Das „kleine“ Präteritum: Das kleine Präteritum ist immer in einem Winkel: die Humanität vergisst es immer, und nur erinnern in Vergangenheit zu schreiben.

-Das zukünftige Futur. Es ist eine ruhige Insel im Zentrum von einem wütenden Meer. Es ist immer gut zu wissen, was man morgen machen muss.

-Unser lieber Konjuntiv: Susanne I und Susanne II. Diese Zeit-Formen brauchen keine Vorstellung. Wenn wir es benutzen möchten, verwandeln sie sich in der verrückten Hutmacher.

Der verrückte Hutmacher, el Sombrerero loco de Alicia.
Mit Susanne I muss man Abstand halten.

Susanne II ist sehr höfflich und wir träumen zusammen mit ihr.

Wir haben die Grammatik schon gelernt. Aber wenn ein Problem weniger ist, kommen drei neue: Wortschatz, Präpositionen und Konnektoren.

Wortschatz ist die Welt wo die kleinen süßen Worte „der“, „die“ und „das“ liegen. Ein Fluss der nie endet.

Dann kommen wir zu dem großen gemischten Topf; dort haben wir Präpositionen und Konnektoren, die den Satz erst würzen: die „Salz und Pfeffer“. Sie verbinden viele Zutaten wie ein Schneeball miteinander.

Trotzdem die Grammatik so schwer wie im Himalaya klettern ist, müssen wir wie eine Ameise studieren.

*

Mirando el alemán desde otro punto de vista, cuando ya llevo diez años estudiándolo, me doy cuenta de que por aquel entonces estaba mucho más concentrada en escribirlo bien, sin fallos, declinando los adjetivos y poniendo mucha atención a las preposiciones. Ahora he dejado todo eso muy de lado y me centro más en que la conversación fluya con naturalidad. Aunque si le dedicase un poco más de tiempo, mis frases serían mucho más correctas…

También me ha sorprendido la gran cantidad de frases o expresiones españolas que intento plasmar. Y me resulta curioso porque yo aprendí alemán en alemán; no me compré un diccionario español-alemán hasta que no llevaba un año estudiando el idioma, porque mis profesores nunca me hablaron en español, me enseñaron alemán con dibujos, tarjetas con imágenes y muchísima mímica.

Espero que mi artículo, digno del periódico „Die Hausschuhe von Nike“, os haya gustado.

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08/15

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Un saludo.

Las 4 fases del inmigrante
Quienes se han mudado de ciudad alguna vez saben que la adaptación no siempre es fácil. Hay varios estudios que demuestran que el choque cultural es real, como el de Gullahorn, J. T. y Gullahorn, J. E. que data de 1963 y que divide la adaptación en cuatro etapas diferentes. Aunque en este blog solemos hablar de la adaptación de los hispanohablantes a Alemania, estas etapas podemos extrapolarlas a cualquier inmigrante que se mude a otro país, o ciudad, diferente. 

Voy a tomar la idea de la Gullahorn u curve, pero la ampliaré con otros datos que recopile, así como con mi propia experiencia y la de muchos otros inmigrantes que conozco.

Fase uno: Luna de miel

En esta fase las diferencias culturales no nos molestan, incluso nos pueden llegar a resultar graciosas, curiosas y hasta quedar fascinados con ellas. Todo se ve desde un punto de vista idealizado. La intriga y emoción de comenzar en un nuevo lugar nos motiva a vivirlo todo con mucha intensidad.

Esto es típico en los turistas; pasan poco tiempo en ese país, socializan algo con la gente y terminan enamorados del lugar. A pesar de que solo han visto la punta del iceberg, el lado bonito de esa cultura.

En el caso de la gente que se muda para vivir, esta etapa acabará en algún momento, aunque no hay un tiempo predeterminado, depende de la capacidad de adaptación de la persona, de lo diferentes que sean las culturas, de la buena o mala suerte que se tenga al conocer a la gente que allí vive, y un muy largo etcétera.

Yo viví en Berlín durante cinco meses, y aunque el primero fue duro, como todos los primeros meses en un lugar nuevo, creo que hasta el final del cuarto no empecé a ver esas pequeñas cosas que me molestaban de la ciudad. Estuve casi los cinco meses en esta fase de luna de miel, y, de hecho, el recuerdo que tengo de mi estancia en Berlín es muy bonito.

Fase dos: Choque cultural

También llamada fase hostil. Es la época crítica. Donde nos damos de lleno con la nueva realidad que nos rodea. Nos fijamos en todas las diferencias que hay entre nuestro país y este sitio nuevo, todavía desconocido; y esas diferencias nos molestan.

Las costumbres ajenas nos irritan. Aparecen por primera vez los estereotipos y los prejuicios; se piensa que la gente local es fría, son antipáticos o desagradables. Se extraña el hogar, los amigos y el entorno al que estábamos acostumbrados.

La burbuja se rompe y no sentimos ninguna conexión con el nuevo entorno.

Es una fase dura y complicada de la que muchos no consiguen salir. Algunos regresan a casa sin haberse adaptado; quedan estancados en esta fase que ha podido con ellos. Otros sufren durante años, luchan a contracorriente y acaban hastiados con todo.

Creo que todo inmigrante ha pasado por esta etapa, algunos han durado más, otros menos, y algunos fluctúan entre esta y la siguiente sin llegar a dejarla atrás de manera definitiva. 

Fase tres: Aceptación e integración

Algo encaja en nuestro cerebro, aceptamos las diferencias culturales y empezamos a ver el lado bueno del nuevo entorno. Un lado bueno que no está idealizado como en la primera, sino que empieza a calar dentro de nosotros y nos produce sensaciones agradables.

Las emociones positivas y negativas se van intercambiando, pero, por lo general, estamos mucho más abiertos a todo lo que nos rodea.

Empiezas a comunicarte mejor con la gente, a entenderlos y darte cuenta de que esas diferencias culturales no son tan abismales o imposibles de salvar como habías pensado.

Si el inmigrante se encuentra en un país con un idioma diferente al suyo materno, esta fase llegará cuando se empiece a dominar mejor la lengua. Pues eso nos hace sentir más seguros, lo que nos da la posibilidad de interactuar con la gente y conocerlos. Ser capaz de hablar el idioma del país en el que nos encontramos nos brinda paz y tranquilidad, y eso es imprescindible para llegar a la última fase.

Fase cuatro: Adaptación

La nueva cultura ha dejado de ser nueva, incluso hemos adaptado a nuestra vida cotidiana algunas de las costumbres de ese país o ciudad. Ya no hay choque cultural, pues aunque no conocemos todas las tradiciones, cuando nos encontramos con algo desconocido no lo vemos con malos ojos.

Para poder llegar a esta fase hay varias cosas esenciales que debemos conocer:

  • El idioma.
  • El entorno, es decir, la ciudad en la que vivimos, o al menos nuestro barrio.
  • Gente. Tener amigos, no conocidos. Abrir la agenda del móvil y encontrar, como mínimo, una persona a la que poder llamar y con la que tomarnos un café esa misma tarde.

Está claro que un trabajo estable, bien remunerado y con buenas condiciones ayudará a que la adaptación sea mejor. Al igual que una vivienda cómoda y bien situada, pero sin tener las tres antes mencionadas, será imposible que podamos llegar a adaptarnos a un nuevo lugar.

Cambiar de ciudad o país es algo a lo que muchos temen, pero también es una oportunidad para aprender cosas nuevas, ampliar nuestros límites y salir de esa burbuja de confort a la que estamos acostumbrados. No es sencillo, nadie dijo que lo fuera, pero con voluntad, predisposición y tiempo, la adaptación es posible.

Algunos tienen más facilidad que otros y comparase con la gente que se encuentra en una situación parecida a la nuestra no es la mejor manera de afrontar la situación. Si en algún momento necesitáis ayuda para sobrellevarlo, nunca dudéis en hacerlo. Eso no os hará menos válidos; pedir ayuda nunca será un símbolo de debilidad, sino de conocerse a uno mismo, ser consciente de dónde están nuestros límites y tener la valentía de dar el paso para superarlos.

No estoy segura de si está aceptado por el Colegio de Psicología, pero hay algo llamado Síndrome del Emigrante o Síndrome de Ulises: cuadro psicológico que afecta a los inmigrantes ante la soledad, el estrés, el miedo, y la tristeza que genera la situación de dejar el país y adaptarse a otro.

Lo dicho. 

Qué hacer para evitar el choque cultural

Lo primero de lo que debemos mentalizarnos es que no vamos a poder evitar el choque cultural. En cuanto salimos de nuestra zona de confort estamos expuestos a situaciones nuevas, tradiciones que no conocemos y formas de hacer las cosas diferentes. Es inevitable que haya cosas que nos choquen, que nos parezcan extrañas o hasta una locura, pero la única manera de adaptarse, y no sufrir día tras día, es tener la mente abierta y estar dispuestos a aprender.

Lo que nosotros hemos estado haciendo durante toda nuestra vida no tiene que ser la única manera posible de hacerlo. Hay que saber ver el lado bueno, no juzgar otras culturas o maneras de pensar, escuchar, observar, y tener la predisposición para aceptar aquellas tradiciones que nos parecen raras, y adaptar a nuestra vida aquellas que nos benefician.

Evitar los prejuicios, ser consciente de que nuestra forma de hacer las cosas no es la única correcta y no dejarse llevar por los comentarios negativos, que muchas veces vendrán de gente anclada en la fase dos, harán que el duro y largo proceso de la adaptación sea más llevadero.

Yo llevo ya más de ocho años en Alemania, he pasado por todas las fases y creo poder decir que hace un tiempo que llegué a la fase cuatro. La paz mental que da aceptar la cultura en la que vivimos, no luchar contra ella, sino intentar convivir y adaptarnos al entorno, es increíble. Es una mera cuestión de supervivencia, no podemos cambiar a un país entero porque a nosotros no nos gusten algunas tradiciones, manías o formas de hacer las cosas, así que, o te adaptas, o te mueres de asco. No manejo el alemán al 100%, y nunca lo haré, tampoco conozco todas las tradiciones del país, y dado que estoy casada con un español habrá muchas cosas que me pierda, pero eso no me impide disfrutar del país y de todas las cosas buenas que ofrece.

No es perfecto, ¿qué país lo es? Pero ahí es donde reside la tranquilidad de la fase cuatro, cuando uno es capaz de ver los dos lados, aceptar lo bueno, y no prestar mucha atención a lo que no lo es tanto. No lo vas a poder cambiar, es así, es una tradición, una forma de ver la vida, siempre se ha hecho de esa manera, y no lo van a cambiar para ti.

Espero que la gran mayoría de vosotros ya hayáis superado la horrible fase dos, mucho ánimo, con algo de esfuerzo y voluntad, todo pasa.

¿Conocíais esto de las cuatro fases del inmigrante?

Contadme, ¿en qué fase os encontráis?

La idea de hacer esta entrada surgió al ver un vídeo del canal de Kira-sensei donde hablan de estas fases pero enfocadas al inmigrante que se muda a Japón, os dejo el vídeo.

Bibliografía:

Vídeo de arriba del canal de Kira Sensei.
Entornoturistico
Nmnoticias

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Si quieres informarte más sobre Alemania, como es la vida en este país o qué es lo que se necesita para emigrar aquí pincha en este enlace: Emigrar a Alemania.

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¡Un saludo!

Robert Koch Institut

Aquellos que vivimos en Alemania llevamos varios meses escuchando hablar del Robert Koch Institut, el centro que se está encargando de recopilar, informar y dar las directrices a seguir en esta pandemia que estamos viviendo.

Pero, ¿qué es este centro? ¿Quién lo fundó?

El RobertKoch Institut, abreviado como RKI, es una agencia del gobierno alemán y el instituto de investigación responsable del control y prevención de enfermedades. Fue fundado en 1891 y toma el nombre de Robert Koch, premio Nobel de medicina por sus investigaciones sobre la tuberculosis. Hace tiempo escribí una entrada sobre este señor al que no muchos conocen, pero que tuvo una gran importancia en el ámbito de la medicina. Aquí os dejo la entrada: Robert Koch.

Volviendo al Robert Koch Institut, como ya hemos dicho se fundó en 1891, para ser más exactos, el 1 de julio, cuando el “Königlich Preußische Institut für Infektionskrankheiten” (Real Instituto Prusiano de Enfermedades Infecciosas) se instaló en un edificio residencial de la Schumannstrasse en Berlín-Mitte.

Robert Koch Institut Schumannstrasse en Berlín-Mitte
Robert Koch Institut Schumannstrasse en Berlín-Mitte

En 1900 se trasladó al edificio que aún siguen ocupando en la actualidad en Berlin-Wedding. Mantuvo su nombre original hasta 1912, cuando se cambió a Robert Koch Institut. En este año se cumplían los 30 años del descubrimiento de Robert Koch del bacilo de la tuberculosis. Aunque para ese entonces el científico, que fue presidente de la agencia desde su fundación hasta 1904, hacía dos años que había fallecido.

La Segunda Guerra Mundial no pasó indiferente por esta agencia. Todos los científicos y médicos judíos tuvieron que abandonar sus puestos de trabajo y el instituto estuvo muy relacionado con los experimentos en humanos que se realizaron en los campos de concentración y en diferentes instituciones psiquiátricas. El propio presidente de la institución de esa época, Eugen Gildemeister, estuvo involucrado en algunas pruebas con tifus realizadas a prisioneros en el campo de concentración de Buchenwald.

Entre el 2006 y el 2008 un grupo de historiadores del instituto de Historia de la medicina del Charité de Berlín, el hospital más grande de Alemania, investigaron el papel del RKI durante la época del nacionalsocialismo. El objetivo del proyecto, iniciado y financiado por el mismo Robert Koch Institut, era investigar las actividades científicas y políticas de este centro en esos años de la manera más completa posible y sin ningún sesgo institucional. Los resultados fueron publicados en el libro Das Robert Koch-Institut im Nationalsozialismus , «El Instituto Robert Koch bajo el Nacional Socialismo». En 2011 se construyó un monumento en honor y memoria de esta cruel época de la historia alemana, y con él salió un libro que se puede consultar de manera íntegra y gratuita desde la propia página del instituto: Das Erinnerungszeichen Robert Koch-Institut – mit offenen Augen. Das RKI in der Zeit des Nationalsozialismus. Eso sí, solo en alemán.

Das Erinnerungszeichen Robert Koch-Institut – mit offenen Augen. Das RKI in der Zeit des Nationalsozialismus

En 1952 el instituto pasó a formar parte del recién creado Bundesgesundheitsamtes, el Ministerio de Salud, y unos años más tarde se inició la producción de la única vacuna contra la fiebre amarilla autorizada por la OMS en Alemania. La vacuna tardó más de 40 años en ver la luz, y no estuvo disponible hasta el 2002.

Cuando en 1982 se dieron los primeros casos de SIDA en Alemania, se estableció un registro de esta enfermedad.

Tras la caída del Muro de Berlín algunos miembros de la antigua DDR pasaron a formar parte del instituto. Además, se anexionaron dos centros: el Instituto Central de Higiene, Microbiología y Epidemiología en Berlín-Schöneweide y el Instituto de Epidemiología Experimental en Wernigerode. A día de hoy este último sigue existiendo como centro del RKI.

En 1998 se llevó a cabo un estudio de gran importancia sobre el estado de salud de la población adulta del país. Los niños y adolescentes tuvieron que esperar hasta el año 2003 para tener un estudio sobre ellos. Y unos años más tarde, junto con la Oficina Federal de Estadística, se encargaron de realizar informes de salud de todos los habitantes.

En el 2001 se convirtió en la institución central en Alemania para detectar y gestionar amenazas bioterroristas y en el 2007 se le confió oficialmente el control de la salud de todos los habitantes del país. Desde entonces el instituto recopila continuamente datos sobre la incidencia de enfermedades y el comportamiento de riesgo en todos los grupos de edad de la población que vive en Alemania.

En 2014 un grupo de 50 empleados fueron enviados a África Occidental para ayudar a contener el mayor brote de ébola de la historia hasta la fecha.

En 2016 se cumplió el 125 aniversario de su fundación, para ese entonces más de 1000 personas trabajaban en los cuatro centros del instituto repartidos entre Berlín y Wernigerode, entre ellos, más de 400 científicos.

En 2017 se publicó un documento llamado “RKI 2025: Public Health in Zeiten von Digitalisierung und Globalisierung”, (Salud pública en tiempos de digitalización y globalización), en el que anunciaron que el Robert Koch Institut ha comenzado a adaptar sus estructuras y métodos de trabajo a los desafíos actuales a los que se enfrenta la salud pública, tanto a nivel nacional como internacional. La estrategia que quieren seguir se basa en varios valores: Evidenz erzeugen – Wissen teilen – Gesundheit schützen und verbessern. (Generar evidencia – Compartir conocimiento – Proteger y mejorar la salud). Con este proyecto prevén, entre otras cosas, ampliar los métodos y la infraestructura para la epidemiología digital y la salud pública.

Robert Koch

Estudiantes más relevantes del Robert Koch Institut:

Bernhard Nocht, médico portuario y médico tropical. En 1892 fue el enviado de Robert Koch a Hamburgo para luchar contra el cólera. Fundó en Hamburgo el Hamburger Bernhard-Nocht-Instituts für Tropenmedizin, (instituto para medicina tropical).

Friedrich Loeffler, médico y cofundador de la virología. Sus más importantes contribuciones fueron el descubrimiento del organismo que provoca la difteria y el del causante de la fiebre aftosa. También fue el creador del plasma sanguíneo coagulado utilizado para la detección de las bacterias. Fue el fundador del Instituto Friedrich Loeffler de Sanidad Animal en la isla de Riems. Fue el presidente del Robert Koch Institut entre los años 1913 y 1915.

Emil von Behring, inmunólogo y serólogo que desarrolló sueros contra la difteria y el tétanos. Fundó el Behring-Werke en Marburg y ganó el premio Nobel de Medicina en 1901.

Paul Ehrlich, médico e investigador. Es el fundador de la quimioterapia, desarrolló fármacos contra la sífilis y sueros contra la difteria. Fue premio Nobel de Medicina en el 1908. El Instituto Federal de Vacunas y Medicamentos Biomédicos lleva su nombre.

Georg Gaffky, bacteriólogo e higienista. Estuvo muy centrado en la fiebre tifoidea y fue uno de los mayores colaboradores de Robert Koch en sus descubrimientos.

Paul Frosch, bacteriólogo y cofundador de la virología. Aisló el patógeno de la fiebre aftosa, luchó contra la malaria, la peste y la fiebre tifoidea.

Shibasaburo Kitasato, bacteriólogo. Demostró la eficacia de los sueros contra el tétanos y la difteria. Es conocido por ser el codescubridor del agente infeccioso de la peste bubónica en Hong Kong en 1894, casi de manera simultánea con el biólogo suizo Alexandre Yersin. Fundó el Kitasato-Institut en Tokio.

Lydia Rabinowitsch-Kempner, microbióloga. Demostró que los bacilos de la tuberculosis se transmiten a través de la leche de vaca. En 1912 obtuvo el título de Profesora en Berlín, la primera mujer que llegó a tenerlo.

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Esto es un resumen bastante amplio de lo que es la institución y a qué se dedica. Como vemos, están focalizados en la investigación y seguimiento de muchas enfermedades. Toda la información la he tomado de la página del propio Robert Koch Institut.

Espero que os haya parecido interesante.

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¡Un saludo!