Las 4 fases del inmigrante
Quienes se han mudado de ciudad alguna vez saben que la adaptación no siempre es fácil. Hay varios estudios que demuestran que el choque cultural es real, como el de Gullahorn, J. T. y Gullahorn, J. E. que data de 1963 y que divide la adaptación en cuatro etapas diferentes. Aunque en este blog solemos hablar de la adaptación de los hispanohablantes a Alemania, estas etapas podemos extrapolarlas a cualquier inmigrante que se mude a otro país, o ciudad, diferente. 

Voy a tomar la idea de la Gullahorn u curve, pero la ampliaré con otros datos que recopile, así como con mi propia experiencia y la de muchos otros inmigrantes que conozco.

Fase uno: Luna de miel

En esta fase las diferencias culturales no nos molestan, incluso nos pueden llegar a resultar graciosas, curiosas y hasta quedar fascinados con ellas. Todo se ve desde un punto de vista idealizado. La intriga y emoción de comenzar en un nuevo lugar nos motiva a vivirlo todo con mucha intensidad.

Esto es típico en los turistas; pasan poco tiempo en ese país, socializan algo con la gente y terminan enamorados del lugar. A pesar de que solo han visto la punta del iceberg, el lado bonito de esa cultura.

En el caso de la gente que se muda para vivir, esta etapa acabará en algún momento, aunque no hay un tiempo predeterminado, depende de la capacidad de adaptación de la persona, de lo diferentes que sean las culturas, de la buena o mala suerte que se tenga al conocer a la gente que allí vive, y un muy largo etcétera.

Yo viví en Berlín durante cinco meses, y aunque el primero fue duro, como todos los primeros meses en un lugar nuevo, creo que hasta el final del cuarto no empecé a ver esas pequeñas cosas que me molestaban de la ciudad. Estuve casi los cinco meses en esta fase de luna de miel, y, de hecho, el recuerdo que tengo de mi estancia en Berlín es muy bonito.

Fase dos: Choque cultural

También llamada fase hostil. Es la época crítica. Donde nos damos de lleno con la nueva realidad que nos rodea. Nos fijamos en todas las diferencias que hay entre nuestro país y este sitio nuevo, todavía desconocido; y esas diferencias nos molestan.

Las costumbres ajenas nos irritan. Aparecen por primera vez los estereotipos y los prejuicios; se piensa que la gente local es fría, son antipáticos o desagradables. Se extraña el hogar, los amigos y el entorno al que estábamos acostumbrados.

La burbuja se rompe y no sentimos ninguna conexión con el nuevo entorno.

Es una fase dura y complicada de la que muchos no consiguen salir. Algunos regresan a casa sin haberse adaptado; quedan estancados en esta fase que ha podido con ellos. Otros sufren durante años, luchan a contracorriente y acaban hastiados con todo.

Creo que todo inmigrante ha pasado por esta etapa, algunos han durado más, otros menos, y algunos fluctúan entre esta y la siguiente sin llegar a dejarla atrás de manera definitiva. 

Fase tres: Aceptación e integración

Algo encaja en nuestro cerebro, aceptamos las diferencias culturales y empezamos a ver el lado bueno del nuevo entorno. Un lado bueno que no está idealizado como en la primera, sino que empieza a calar dentro de nosotros y nos produce sensaciones agradables.

Las emociones positivas y negativas se van intercambiando, pero, por lo general, estamos mucho más abiertos a todo lo que nos rodea.

Empiezas a comunicarte mejor con la gente, a entenderlos y darte cuenta de que esas diferencias culturales no son tan abismales o imposibles de salvar como habías pensado.

Si el inmigrante se encuentra en un país con un idioma diferente al suyo materno, esta fase llegará cuando se empiece a dominar mejor la lengua. Pues eso nos hace sentir más seguros, lo que nos da la posibilidad de interactuar con la gente y conocerlos. Ser capaz de hablar el idioma del país en el que nos encontramos nos brinda paz y tranquilidad, y eso es imprescindible para llegar a la última fase.

Fase cuatro: Adaptación

La nueva cultura ha dejado de ser nueva, incluso hemos adaptado a nuestra vida cotidiana algunas de las costumbres de ese país o ciudad. Ya no hay choque cultural, pues aunque no conocemos todas las tradiciones, cuando nos encontramos con algo desconocido no lo vemos con malos ojos.

Para poder llegar a esta fase hay varias cosas esenciales que debemos conocer:

  • El idioma.
  • El entorno, es decir, la ciudad en la que vivimos, o al menos nuestro barrio.
  • Gente. Tener amigos, no conocidos. Abrir la agenda del móvil y encontrar, como mínimo, una persona a la que poder llamar y con la que tomarnos un café esa misma tarde.

Está claro que un trabajo estable, bien remunerado y con buenas condiciones ayudará a que la adaptación sea mejor. Al igual que una vivienda cómoda y bien situada, pero sin tener las tres antes mencionadas, será imposible que podamos llegar a adaptarnos a un nuevo lugar.

Cambiar de ciudad o país es algo a lo que muchos temen, pero también es una oportunidad para aprender cosas nuevas, ampliar nuestros límites y salir de esa burbuja de confort a la que estamos acostumbrados. No es sencillo, nadie dijo que lo fuera, pero con voluntad, predisposición y tiempo, la adaptación es posible.

Algunos tienen más facilidad que otros y comparase con la gente que se encuentra en una situación parecida a la nuestra no es la mejor manera de afrontar la situación. Si en algún momento necesitáis ayuda para sobrellevarlo, nunca dudéis en hacerlo. Eso no os hará menos válidos; pedir ayuda nunca será un símbolo de debilidad, sino de conocerse a uno mismo, ser consciente de dónde están nuestros límites y tener la valentía de dar el paso para superarlos.

No estoy segura de si está aceptado por el Colegio de Psicología, pero hay algo llamado Síndrome del Emigrante o Síndrome de Ulises: cuadro psicológico que afecta a los inmigrantes ante la soledad, el estrés, el miedo, y la tristeza que genera la situación de dejar el país y adaptarse a otro.

Lo dicho. 

Qué hacer para evitar el choque cultural

Lo primero de lo que debemos mentalizarnos es que no vamos a poder evitar el choque cultural. En cuanto salimos de nuestra zona de confort estamos expuestos a situaciones nuevas, tradiciones que no conocemos y formas de hacer las cosas diferentes. Es inevitable que haya cosas que nos choquen, que nos parezcan extrañas o hasta una locura, pero la única manera de adaptarse, y no sufrir día tras día, es tener la mente abierta y estar dispuestos a aprender.

Lo que nosotros hemos estado haciendo durante toda nuestra vida no tiene que ser la única manera posible de hacerlo. Hay que saber ver el lado bueno, no juzgar otras culturas o maneras de pensar, escuchar, observar, y tener la predisposición para aceptar aquellas tradiciones que nos parecen raras, y adaptar a nuestra vida aquellas que nos benefician.

Evitar los prejuicios, ser consciente de que nuestra forma de hacer las cosas no es la única correcta y no dejarse llevar por los comentarios negativos, que muchas veces vendrán de gente anclada en la fase dos, harán que el duro y largo proceso de la adaptación sea más llevadero.

Yo llevo ya más de ocho años en Alemania, he pasado por todas las fases y creo poder decir que hace un tiempo que llegué a la fase cuatro. La paz mental que da aceptar la cultura en la que vivimos, no luchar contra ella, sino intentar convivir y adaptarnos al entorno, es increíble. Es una mera cuestión de supervivencia, no podemos cambiar a un país entero porque a nosotros no nos gusten algunas tradiciones, manías o formas de hacer las cosas, así que, o te adaptas, o te mueres de asco. No manejo el alemán al 100%, y nunca lo haré, tampoco conozco todas las tradiciones del país, y dado que estoy casada con un español habrá muchas cosas que me pierda, pero eso no me impide disfrutar del país y de todas las cosas buenas que ofrece.

No es perfecto, ¿qué país lo es? Pero ahí es donde reside la tranquilidad de la fase cuatro, cuando uno es capaz de ver los dos lados, aceptar lo bueno, y no prestar mucha atención a lo que no lo es tanto. No lo vas a poder cambiar, es así, es una tradición, una forma de ver la vida, siempre se ha hecho de esa manera, y no lo van a cambiar para ti.

Espero que la gran mayoría de vosotros ya hayáis superado la horrible fase dos, mucho ánimo, con algo de esfuerzo y voluntad, todo pasa.

¿Conocíais esto de las cuatro fases del inmigrante?

Contadme, ¿en qué fase os encontráis?

La idea de hacer esta entrada surgió al ver un vídeo del canal de Kira-sensei donde hablan de estas fases pero enfocadas al inmigrante que se muda a Japón, os dejo el vídeo.

Bibliografía:

Vídeo de arriba del canal de Kira Sensei.
Entornoturistico
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¡Un saludo!

Robert Koch Institut

Aquellos que vivimos en Alemania llevamos varios meses escuchando hablar del Robert Koch Institut, el centro que se está encargando de recopilar, informar y dar las directrices a seguir en esta pandemia que estamos viviendo.

Pero, ¿qué es este centro? ¿Quién lo fundó?

El RobertKoch Institut, abreviado como RKI, es una agencia del gobierno alemán y el instituto de investigación responsable del control y prevención de enfermedades. Fue fundado en 1891 y toma el nombre de Robert Koch, premio Nobel de medicina por sus investigaciones sobre la tuberculosis. Hace tiempo escribí una entrada sobre este señor al que no muchos conocen, pero que tuvo una gran importancia en el ámbito de la medicina. Aquí os dejo la entrada: Robert Koch.

Volviendo al Robert Koch Institut, como ya hemos dicho se fundó en 1891, para ser más exactos, el 1 de julio, cuando el “Königlich Preußische Institut für Infektionskrankheiten” (Real Instituto Prusiano de Enfermedades Infecciosas) se instaló en un edificio residencial de la Schumannstrasse en Berlín-Mitte.

Robert Koch Institut Schumannstrasse en Berlín-Mitte
Robert Koch Institut Schumannstrasse en Berlín-Mitte

En 1900 se trasladó al edificio que aún siguen ocupando en la actualidad en Berlin-Wedding. Mantuvo su nombre original hasta 1912, cuando se cambió a Robert Koch Institut. En este año se cumplían los 30 años del descubrimiento de Robert Koch del bacilo de la tuberculosis. Aunque para ese entonces el científico, que fue presidente de la agencia desde su fundación hasta 1904, hacía dos años que había fallecido.

La Segunda Guerra Mundial no pasó indiferente por esta agencia. Todos los científicos y médicos judíos tuvieron que abandonar sus puestos de trabajo y el instituto estuvo muy relacionado con los experimentos en humanos que se realizaron en los campos de concentración y en diferentes instituciones psiquiátricas. El propio presidente de la institución de esa época, Eugen Gildemeister, estuvo involucrado en algunas pruebas con tifus realizadas a prisioneros en el campo de concentración de Buchenwald.

Entre el 2006 y el 2008 un grupo de historiadores del instituto de Historia de la medicina del Charité de Berlín, el hospital más grande de Alemania, investigaron el papel del RKI durante la época del nacionalsocialismo. El objetivo del proyecto, iniciado y financiado por el mismo Robert Koch Institut, era investigar las actividades científicas y políticas de este centro en esos años de la manera más completa posible y sin ningún sesgo institucional. Los resultados fueron publicados en el libro Das Robert Koch-Institut im Nationalsozialismus , «El Instituto Robert Koch bajo el Nacional Socialismo». En 2011 se construyó un monumento en honor y memoria de esta cruel época de la historia alemana, y con él salió un libro que se puede consultar de manera íntegra y gratuita desde la propia página del instituto: Das Erinnerungszeichen Robert Koch-Institut – mit offenen Augen. Das RKI in der Zeit des Nationalsozialismus. Eso sí, solo en alemán.

Das Erinnerungszeichen Robert Koch-Institut – mit offenen Augen. Das RKI in der Zeit des Nationalsozialismus

En 1952 el instituto pasó a formar parte del recién creado Bundesgesundheitsamtes, el Ministerio de Salud, y unos años más tarde se inició la producción de la única vacuna contra la fiebre amarilla autorizada por la OMS en Alemania. La vacuna tardó más de 40 años en ver la luz, y no estuvo disponible hasta el 2002.

Cuando en 1982 se dieron los primeros casos de SIDA en Alemania, se estableció un registro de esta enfermedad.

Tras la caída del Muro de Berlín algunos miembros de la antigua DDR pasaron a formar parte del instituto. Además, se anexionaron dos centros: el Instituto Central de Higiene, Microbiología y Epidemiología en Berlín-Schöneweide y el Instituto de Epidemiología Experimental en Wernigerode. A día de hoy este último sigue existiendo como centro del RKI.

En 1998 se llevó a cabo un estudio de gran importancia sobre el estado de salud de la población adulta del país. Los niños y adolescentes tuvieron que esperar hasta el año 2003 para tener un estudio sobre ellos. Y unos años más tarde, junto con la Oficina Federal de Estadística, se encargaron de realizar informes de salud de todos los habitantes.

En el 2001 se convirtió en la institución central en Alemania para detectar y gestionar amenazas bioterroristas y en el 2007 se le confió oficialmente el control de la salud de todos los habitantes del país. Desde entonces el instituto recopila continuamente datos sobre la incidencia de enfermedades y el comportamiento de riesgo en todos los grupos de edad de la población que vive en Alemania.

En 2014 un grupo de 50 empleados fueron enviados a África Occidental para ayudar a contener el mayor brote de ébola de la historia hasta la fecha.

En 2016 se cumplió el 125 aniversario de su fundación, para ese entonces más de 1000 personas trabajaban en los cuatro centros del instituto repartidos entre Berlín y Wernigerode, entre ellos, más de 400 científicos.

En 2017 se publicó un documento llamado “RKI 2025: Public Health in Zeiten von Digitalisierung und Globalisierung”, (Salud pública en tiempos de digitalización y globalización), en el que anunciaron que el Robert Koch Institut ha comenzado a adaptar sus estructuras y métodos de trabajo a los desafíos actuales a los que se enfrenta la salud pública, tanto a nivel nacional como internacional. La estrategia que quieren seguir se basa en varios valores: Evidenz erzeugen – Wissen teilen – Gesundheit schützen und verbessern. (Generar evidencia – Compartir conocimiento – Proteger y mejorar la salud). Con este proyecto prevén, entre otras cosas, ampliar los métodos y la infraestructura para la epidemiología digital y la salud pública.

Robert Koch

Estudiantes más relevantes del Robert Koch Institut:

Bernhard Nocht, médico portuario y médico tropical. En 1892 fue el enviado de Robert Koch a Hamburgo para luchar contra el cólera. Fundó en Hamburgo el Hamburger Bernhard-Nocht-Instituts für Tropenmedizin, (instituto para medicina tropical).

Friedrich Loeffler, médico y cofundador de la virología. Sus más importantes contribuciones fueron el descubrimiento del organismo que provoca la difteria y el del causante de la fiebre aftosa. También fue el creador del plasma sanguíneo coagulado utilizado para la detección de las bacterias. Fue el fundador del Instituto Friedrich Loeffler de Sanidad Animal en la isla de Riems. Fue el presidente del Robert Koch Institut entre los años 1913 y 1915.

Emil von Behring, inmunólogo y serólogo que desarrolló sueros contra la difteria y el tétanos. Fundó el Behring-Werke en Marburg y ganó el premio Nobel de Medicina en 1901.

Paul Ehrlich, médico e investigador. Es el fundador de la quimioterapia, desarrolló fármacos contra la sífilis y sueros contra la difteria. Fue premio Nobel de Medicina en el 1908. El Instituto Federal de Vacunas y Medicamentos Biomédicos lleva su nombre.

Georg Gaffky, bacteriólogo e higienista. Estuvo muy centrado en la fiebre tifoidea y fue uno de los mayores colaboradores de Robert Koch en sus descubrimientos.

Paul Frosch, bacteriólogo y cofundador de la virología. Aisló el patógeno de la fiebre aftosa, luchó contra la malaria, la peste y la fiebre tifoidea.

Shibasaburo Kitasato, bacteriólogo. Demostró la eficacia de los sueros contra el tétanos y la difteria. Es conocido por ser el codescubridor del agente infeccioso de la peste bubónica en Hong Kong en 1894, casi de manera simultánea con el biólogo suizo Alexandre Yersin. Fundó el Kitasato-Institut en Tokio.

Lydia Rabinowitsch-Kempner, microbióloga. Demostró que los bacilos de la tuberculosis se transmiten a través de la leche de vaca. En 1912 obtuvo el título de Profesora en Berlín, la primera mujer que llegó a tenerlo.

*

Esto es un resumen bastante amplio de lo que es la institución y a qué se dedica. Como vemos, están focalizados en la investigación y seguimiento de muchas enfermedades. Toda la información la he tomado de la página del propio Robert Koch Institut.

Espero que os haya parecido interesante.

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¡Un saludo!

Actualización vital

Hola.

Sigo viva.

Traigo pensamientos aleatorios para tu día.


Anoche soñé que contraía La Enfermedad y que tenía que ir a una reunión familiar pero olvidaba mi cubrebocas.

Ya que llegaba ahí, veía que mis familiares tampoco lo traían, aunque todos hacíamos comentarios del tipo “¡Lo olvidé!”. Creo que me dolía la garganta en la noche por resequedad.


Últimamente he estado pensando cómo el inglés me salvó la vida.

Leí un post hermoso de Sam Dylan Finch y me di cuenta de cómo tener la capacidad de leer en inglés desde hace muchos años fue lo que me ha ayudado a conseguir todo lo bueno que tengo en la vida actualmente.

Haber encontrado y seguir leyendo a Havi, a Ragen, a Matt, a Chris, a Karen, a Rachel, a Bethany, a Barbara, a Naomi, a Larisa, a Cassie, a Layla, a Virgie, a Helen, a Summer, a Kerry, a Teal, a Kerryanna, a Mel y a un montón de gente más que se me está olvidando, ha hecho TODA la diferencia en mi vida.

He podido nombrar infinidad de situaciones, ver las circunstancias que me cuestan trabajo con otros ojos, entender todas las fuerzas que pueden estar en nuestra contra, notar mis privilegios y miles de cosas super valiosas más, gracias a entender esta lengua.

Literalmente me ha salvado la vida. O al menos la cordura.


Quiero decir algo inspiracional pero no se me ocurre nada.

Todo Esto está siendo muy duro para todo el mundo, en el sentido más literal de esa frase.

Lo único que sé en este momento es que tenemos que hacer lo posible por confiar en que Todo Esto tiene un sentido y un propósito “espiritual” (a falta de una mejor palabra) y que no está pasando nada más porque a la Tierra o a la humanidad se le ocurrió arruinarnos la vida que teníamos antes.

Quiero pedirte algo:

Permítete sentir todo lo que sientes. No, nadie se ha muerto por sentir mucho. Sí es incómodo pero entre más te lo permites menos desagradable se vuelve.

Cada cosa que ha cambiado, cada persona que se ha ido, ha creado un duelo. Es muy importante darse permiso de atravesar ese proceso no con los pensamientos sino con el cuerpo (es decir, sentirlo).

Por alguna razón que no entiendo, muchos hombres leen este blog.

Este mensaje es sobre todo para ustedes: déjense llorar. Dejen de reprimir su tristeza. Dejen de “subirla” a su cabeza y racionalizarla y justificarla y decirse frases como “bueno, todo va a estar bien” o “hay que verle el lado bueno” o “lo importante es tener una buena actitud” o “tiene sentido…”.

Las emociones no tienen ese tipo de sentido pero sí tienen un sentido. Es muy importante dejar que nos atraviesen el cuerpo y el alma.

Si quieren llorar, háganlo. Está bien si al principio no quieren que nadie los vea. No nos hace débiles, eso es una idea absurda que nos regaló la sociedad. Al contrario.

Yo lo que he hecho últimamente es levantarme, desayunar y encerrarme en mi cuarto a escribir un inventario de dolor. Escribo todo lo que me duele.

La primera vez que lo hice fue muy incómodo y difícil, pero cada vez se ha vuelto más fácil y ya casi hasta me emociona ese momento del día.

A veces salen listas de una situación tras otra, a veces párrafos enteros de una misma cosa.

Acaban plasmados dolores físicos (ni siquiera tienen que ser grandes), dolores emocionales, momentos que me enojaron ayer, situaciones que llevan años causándome malestar.

A veces me tardo 15 minutos y a veces una hora.

Casi diario vierto un montón de lágrimas que no sabía que tenía ahí guardadas y listas para salir.

Y siempre —siempre— me siento mejor después de que lo hago. Después de varios días de hacerlo, hasta mi perspectiva sobre la vida cambia y todo se siente mucho más esperanzador.

Suena sencillo y es difícil. Suena complicado pero es muy simple.

Hagas lo que hagas, llora, siente, saca todo ese dolor viejo de años y años.

Este año es el momento para aprender a conectar lo que tenemos adentro. Es nuestra oportunidad de dejar de ser tan cerebrales porque no podemos vivir solamente de nuestro cuello para arriba. Eso no es vida.

(D, si estás leyendo esto, ya sé :v).


En realidad no sabía qué iba a salir cuando me sentara a escribir.

A diferencia de las otras 199 entradas que he escrito (ajá, esta es la #200, WTF), esta no nació porque sintiera que quería decir algo.

Pero ya está.

Cuéntame en los comentarios sobre cómo estás viviendo esto.

No estás sola. No estás solo. Estamos todxs juntxs en esto.

Literal.

Otros 5 refranes en español y sus adaptaciones al inglés

Bienvenido a un nuevo post de Yentelman, el blog en el que aprenderás inglés y, si te descuidas, hasta español. Tras mi poco habitual escarceo con el formato de vídeo, vuelvo por mis fueros con un post tradicional. Cuando esto vea la luz yo estaré, probablemente, descansando en mi lugar de vacaciones. Mascarilla en ristre, […]

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May Ayim

May Ayim nació el 3 de mayo de 1960 en Hamburgo y falleció el 9 agosto de 1996 en Berlín, Alemania. Fue una poetisa alemana, pedagoga y activista del movimiento afroalemán.

Su nombre oficial era Sylvia Brigitte Gertrud Opitz y fue la hija de Ursula Andler, una mujer blanca alemana, y Emmanuel Ayim, un estudiante de intercambio de medicina de Ghana. Aunque no se crió con sus padres biológicos, sino que poco después de su nacimiento fue dada en adopción. No se sabe muy bien cuál fue la razón, algunos dicen que se debió a que por ese entonces, según las leyes alemanas, los padres no tenían ningún derecho sobre sus hijos ilegítimos; y por eso su madre decidió darla en adopción.

Los Opitz la adoptaron cuando tenía 18 meses, y May creció en Münster con una familia blanca alemana que tenía cuatro hijos más, también blancos. Desde muy pequeña se dio cuenta de que era diferente, el color de su piel la convertían en alguien distinto al resto de niños y tuvo bastantes experiencias racistas.

„Jahrelang lebte ich mit dem Empfinden, in der deutschen Gesellschaft weder eine Geschichte noch eine Zukunft zu haben, sondern eines Tages auswandern zu müssen. Daß das sehr belastend ist, steht außer Frage. Inzwischen ist mir klar, daß dies keine Einzelerfahrung ist und mein Erleben exemplarisch den Umgang mit einer Bevölkerungsgruppe widerspiegelt, die im Bewußtsein weiter Teile der deutschen Gesellschaft einfach nicht existent ist.“

‘Durante años viví con la sensación de que no tengo una historia o un futuro en la sociedad alemana, sino que algún día tendré que emigrar. No hay duda de que esto es algo muy estresante. Tengo claro que esta no es una experiencia individual y que todo lo que he vivido es un reflejo del trato que la sociedad le brinda a un grupo de la población, pues para algunos de ellos, ni siquiera existimos’.

Tras graduarse en la escuela Friedensschule, en Münster, comenzó a estudiar pedagogía y se concentró en las asignaturas de alemán y sociología. Poco tiempo después cambió las asignaturas por psicología y pedagogía, lo que la llevó a mudarse a Regensburg.

En ese entonces su autoestima era muy baja. Se dice que la idea que tenía de sí misma era muy mala, pues estaba extremadamente influenciada por las opiniones negativas de todos los que la rodeaban, lo que la llevó a tener un sentimiento de inferioridad con el resto.

Durante sus años de universidad, con el fin de conocerse a sí misma y descubrir sus orígenes, viajó a Israel, Kenia y Ghana, donde se encontró con su padre biológico. Unos años después, May describiría ese encuentro con su familia de Ghana como un “wallnussmangobaums” (un árbol nuez y mango), un árbol de la vida que tiene frutos de ambos países.

Su trabajo fin de carrera se considera el primer estudio académico de la historia afroalemana. Tras acabar la universidad se mudó a Berlín Occidental, donde conoció a otras mujeres negras, incluida la científica, activista y poeta afroamericana Audre Lorde. Esta mujer la animó a publicar su trabajo fin de carrera, que acabó convirtiéndose en la antología “Farbe bekennen – Afro-deutsche Frauen auf den Spuren ihrer Geschichte” (Muestra tus colores – Mujeres afro-alemanas en la búsqueda de sus historias). Un libro en el que, a través de ensayos, poemas y relatos, diferentes mujeres afro describían sus propias vivencias. Entra ellas participaron otras activistas como las afroalemanas Katharina Oguntoye y Dagmar Schultz y la afroamericana Audre Lorde. 

Audre Lorde a la izquierda May Ayim a la derecha.
Foto tomada de Digitales deutsches Frauenarchiv.
Tomando la palabra inglesa Afro-American, creó junto con estas mujeres negras y alemanes el concepto de Afrodeutsch y la “Initiative Schwarze Deutsche”, la primera asociación afroalemana de todo el país. También promovieron diferentes eventos, como las celebraciones anuales del “Mes de la Historia Negra” que se hacían en Berlín. Fueron un punto de unión, auto-conocimiento y lucha política muy fuerte para todos los afroalemanes de la época.

Todas estas iniciativas la hicieron bastante conocida, incluso a nivel internacional, y comenzó a dar conferencias en todo el mundo sobre derechos humanos, feminismo y antirracismo. Para este entonces ya había adoptado el apellido de su padre, Ayim.

En 1987 comenzó a estudiar la carrera de logopedia, gracias a la cual descubriría el racismo oculto en el idioma alemán. El racismo y el sexismo se convirtieron en una parte integral de su investigación, y lo demostró con su tesis “Ethnozentrismus und Sexismus in der Sprachtherapie” (Etnocentrismo y Sexismo en Logopedia), publicada en 1990. Cuando terminó su formación trabajó como logopeda independiente y profesora. También participó en muchas conferencias y reuniones tanto nacionales como internacionales. Una de las más impactantes fue el discurso que dio en Londres en 1992, donde explicaba que el lenguaje podía fomentar la unión de los pueblos y una transformación social. 

En 1995 publicó un poemario llamado “Blues in schwarz weiss”, dos de los poemas más famosos son “Afro-deutsch I” y “Afro-deutsch II”, que tratan sobre la doble identidad de ser una mujer afro, pero también alemana.

A pesar de todo el impacto que su discurso e ideas estaban teniendo, el gran estrés al que estaba sometida la llevó a ser ingresada en 1996 en una clínica psiquiátrica, donde, además, se le diagnosticó esclerosis múltiple.

Desde que era pequeña ya había tenido pensamientos de suicidio y el 9 de agosto de 1996 decidió acabar con su vida precipitándose desde el piso 14 de un rascacielos en Berlín-Kreuzberg.

Pero ni siquiera la muerte acalló su voz, y un año después una editorial de mujeres de Berlín publicó el segundo poemario de May, titulado “Nachtgesang”, además de una colección de escritos que llamaron “Grenzenlos und Unverschämt” (Sin fornteras y sinvergüenza) que contiene sus ensayos, entrevistas y fotos políticas y biográficas. La cineasta alemana Maria Binder documentó su vida y su trabajo en la obra “Hoffnung im Herz” (Esperanza en el corazón).

Aunque se dice que nunca tuvo la intención de ser una figura de cambio, May Ayim se ha convertido en la persona más importante en la comunidad negra de Alemania.

Bibliografía:

No sé muy bien cómo he llegado a conocer a esta mujer, imagino que habrá sido en alguna búsqueda de mujeres alemanas importantes, para demostrar que aunque los hombres son los más conocidos, también hay mujeres que han llevado a cabo proyectos dignos de ser recordados.
¿Conocíais a May Ayim? Tuvo una vida bastante interesante, es una pena que muriese tan prematuramente, apuntaba a llegar mucho más alto de lo que ya había conseguido.
Espero que os haya parecido un artículo interesante.
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Un saludo.
Mercedes-Benz

Para entender la historia de una de las firmas de automóviles más conocidas en la actualidad, Mercedes-Benz, tenemos que hablar de las tres ramas que se fusionaron para formarla: Daimler Motoren Gesellschaft, Benz & Co y Emil Jellinek.

Vayamos por partes.

Daimler Motoren Gesellschaft fue fundada por Gottlieb Wilhelm Däumler, conocido como Gottlieb Daimler, y Wilhelm Maybach, dos ingenieros alemanes que desarrollaron unos motores de combustión interna de alta velocidad capaces de funcionar en tierra, en agua y en aire. Se usó tanto en la primera motocicleta que construyeron, como en barcos a motor.

Daimler Reitwagen, considerada como la primera motocicleta
También patentaron uno de los primeros motores capaces de impulsar un vehículo con cierta velocidad, y desarrollaron el primer carburador que permitió el empleo de gasolina como combustible.
En 1890 fundaron la Daimler Motoren Gesellschaft, en Cannstatt, industria que, nueve años más tarde, construyó el primer coche de la marca Mercedes. Gottlieb Daimler, fue el creador del lema de la empresa: «O lo mejor, o nada». 
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Carl Benz, nacido con el nombre de Karl Friederich Michael Vaillant, fue un ingeniero e inventor alemán conocido por haber creado el Benz Patent-Motorwagen un vehículo prototipo con 3 ruedas y una marcha que alcanzaba la, por aquel entonces, increíble velocidad máxima de 17 kilómetros por hora.
Benz Patent-Motorwagen en 1885. Foto tomada de la Wikipedia.
Es considerado como el primer vehículo diseñado para ser impulsado por un motor de combustión interna. Se dice que Bertha, la esposa de Karl, fue la primera en conducirlo, lo que la convierte en la primera persona del mundo en hacer un viaje en automóvil. Ocurrió en 1888, en un viaje de 105 kilómetros desde Mannheim, su ciudad de residencia, hasta Pforzheim donde vivía la madre de Bertha. 
Diez años después fabricó el primer coche de 4 ruedas al que llamó Benz Victoria. 
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A finales del siglo XIX las carreras de coches empezaban a ponerse de moda. Emil Jellinek era un importante hombre de negocios austriaco, muy aficionado a ellas, que había competido con anterioridad bajo el nombre Monsieur Mercédès. En 1900 le encargó a la empresa Daimler Motoren Gesellschaft que le fabricasen una flota de 36 coches. Uno de los requisitos que puso era que estos debían de tener el apodo con el que llamaban a su hija: Mercedes. No se sabe porqué le decían así, pues la niña se llamaba Adrienne Manuela Ramona Jellinek.
Emil y Mercedes Jellinek. Foto tomada de la Wikipedia.
De ahí surgieron los primeros Daimler-Mercedes, y tuvieron tanto éxito, que propiciaron un acuerdo de colaboración para que se siguiesen fabricando, así como la incorporación de Emil en el consejo de administración de la empresa. 
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Tras la Primera Guerra Mundial hubo un enorme incremento de la inflación, lo que afectó muchísimo a todos los bienes de lujo, entre los que se encontraban los automóviles de pasajeros. Por eso, en 1926 la casa Benz & Co y la Daimler Motoren Gesellschaft se vieron obligadas a fusionarse, formando la Daimler-Benz. Gracias a la buena acogida de los coches Mercedes, y que estos habían tomando ya mucha fuerza dentro de la empresa, cuando se realizó la unión de las dos firmas, el nombre comercial de los vehículos se quedó como Mercedes-Benz, aunque Emil Jellinek ya hubiese fallecido. 

Con la fusión de las empresas se realizó el diseño del logotipo que ha ido evolucionando a lo largo de los años, pero siempre incluyó la estrella plateada de tres puntas dentro de un círculo. Se dice que es la representación de la tierra, el mar y el aire; los elementos en los que los motores Daimler habían sido pioneros y que demostraban que la compañía podía viajar a través de cualquier medio.
La nueva compañía presentó su primera gama de productos “Mercedes-Benz”, los W02 y W03, en el Salón del Automóvil de Berlín que se realizó en 1926. 
En 1928 salió uno de los coches más característicos de la empresa: el Mercedes-Benz SSK (y su versión ligera SSKL), con 300 caballos de potencia, que alcanza una velocidad máxima de 235 kilómetros por hora. Aunque la gran innovación llegó en 1936, con el 260 D, el primer turismo diesel de la historia. 
Durante la década de 1930, Mercedes-Benz fabricó el modelo 770, un automóvil que se volvió muy popular, incluso Adolf Hitler tenía uno. 
En la Segunda Guerra Mundial prácticamente todas las instalaciones de la empresa fueron destruidas, y las que quedaron en pie tuvieron que colaborar con el gobierno nacionalsocialista para fabricar vehículos de guerra y motocicletas. 
Uno de los mejores ingenieros en las épocas iniciales de la empresa Daimler fue Ferdinand Porsche, que participó en la creación de los icónicos Mercedes-Benz S, SS y SSK. En 1931 fundó con su hijo la conocida marca de coches Porsche AG. Y en 1933 fue el encargado de llevar a cabo un proyecto desarrollado por Adolf Hitler: construir un automóvil que fuese accesible para un gran número de personas, el Volkswagen (literalmente, el coche del pueblo). Hitler escogió el nombre para el automóvil: Kdf-Wagen (Kraft durch Freude: «fuerza a través de la alegría») pero todo el mundo se refería a él como Escarabajo. 
Una vez acabado el conflicto bélico, el director de esa época, Alfred Neubauer, aficionado a las carreras automovilísticas, convenció a tres grandes pilotos para entrar en su equipo de competición: Karl Kling, Hermann Lang y Juan Manuel Fangio. Obtuvieron muchas victorias con el modelo 300 SL, uno de los modelos más emblemáticos de Mercedes-Benz, aunque también uno de los más estrafalarios. Se comenzó a producir en 1952 y tenía un aspecto muy futurista, con las famosas alas de gaviota. Fue el primer coche en tener un motor con inyección directa de combustible y el primer modelo en ser considerado como “deportivo”. Fue un coche muy demandado, pero hubo tantos accidentes mortales que se le llamó el “Widowmaker” (“hacedor de viudas”). 
«Widowmaker». Foto tomada de la Wikipedia.
Se dice que en los años 50 Bruno Sacco, un famoso diseñador de coches, fue a Mercedes-Benz y dijo: «Un Mercedes-Benz siempre debería parecerse a un Mercedes-Benz», y es por eso que desde ese momento todos los coches comparten una estética muy parecida. 
En la década de los 70 se comenzaron a fabricar los primeros modelos Clase S y la Clase G, y en los años 80 crearon unos modelos más asequibles: las clases C, E y el M. 
En 1998 Mercedes-Benz y Chrysler se fusionan creando la DaimlerChrysler, que se convirtió en el tercer grupo automovilístico del mundo, después de Toyota y General Motors, y crearon los primeros coches todoterreno modernos, entre los que se cuentan el monovolumen R y el SUV Clase GL. Esta fusión solo duró hasta el año 2007, cuando ambos grupos se separaron. Y en el 2010 firmó un acuerdo con Renault, para compartir tecnologías y desarrollos. Tras esta colaboración los modelos Clase A y B pasaron a tener motores Renault y del modelo Kangoo, de Renault, se desarrolló el Mercedes-Benz Citan. 
En la actualidad, el Grupo Daimler AG, dueña de Mercedes-Benz y otras marcas de automóviles como Maybach y Smart, es propiedad de un conjunto de empresas de inversión del sector automotriz, entre las que se encuentra Renault. 
El papamóvil, el vehículo en el que se mueve el Sumo Pontífice de la Iglesia Católica ante los fieles, ha sido fabricado en muchas ocasiones por Mercedes-Benz.
También ha sido la marca elegida de algunas casas reales, como la británica. De hecho, el coche en el que iba la Princesa Diana de Gales cuando murió era un Mercedes-Benz S280. 

En Stuttgart hay un museo enorme con muchísimos coches expuestos, donde cuentan la historia de la marca y puedes hasta probar a montarte en un monoplaza de Fórmula 1, al menos cuando yo fui era posible.
Mercedes-Benz Museum. Mercedesstraße 100, 70372 Stuttgart.

No tengo ni idea de coches, pero ni idea, así que espero que no haya errores. Toda la información la he sacado de las siguientes páginas: 
________ 
 Espero que os haya parecido interesante conocer la historia de una de las empresas alemanas más conocidas. Si queréis saber más de otras firmas, echadle un vistazo a estas:
 

¡Un saludo!

Pares mínimos y coarticulación de palabras en inglés

Bienvenido a un nuevo post de Yentelman, el blog en el que aprenderás inglés y, si te descuidas, hasta español. Hoy toca post cortito. Y, para variar, voy a tratar un tema poco visto en este blog, ya que está relacionado especialmente con el speaking. Seguro que, mientras estudiabas inglés, habrás notado que hay muchas […]

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Qué bárbara, Barbara

No sé cómo empezar esta entrada.

Hoy me llegó un correo que me puso triste de una forma en la que no sabía que era posible.

No en cantidad (sí he estado más triste otras veces) sino porque de cierta forma no se trataba sobre alguien que conociera en persona.

Si has leído este blog con suficiente profundidad, sabes que soy super fan del término Scanner (palabra que inventó Barbara Sher y que nombra a las personas, como yo, que no somos especialistas sino generalistas, que tenemos muchos intereses y que somos altamente intolerantes al aburrimiento).

Si has puesto suficiente atención, seguramente has notado que haber entendido que soy Scanner me ayudó mucho y que parte de lo que más quiero en el mundo es que todos los Scanners que me leen sepan que lo son (porque hay mucha libertad al hacerlo y al aceptarse a una misma como tal).

La semana pasada, una de mis amigas mostró interés en Refuse to Choose, y como ella no tiene el libro y yo quería volverlo a leer, le propuse hacer una lectura con ella. (El libro no está traducido aún pero Mathias Luz hizo un maravilloso resumen en español que puedes leer aquí.)

Conforme lo leía pensé en facilitar un club de lectura a profundidad (es decir, haciendo los ejercicios en grupo y compartiendo lo que surge) de ese libro. (Ahora con más ganas quiero hacerlo; escribe un comentario en esta entrada si te interesa y si hay suficientes Scanners que quieran hacerlo, lo armamos 🙂 ).

Cada que leo un libro de Barbara o veo uno de sus videos, la tengo muy presente y empieza a surgir un profundo agradecimiento en mi cuerpo. Siento mucho amor por ella, no sé cómo explicarlo, y me inspira a compartir lo que sé y lo que pienso con la gente, a no quedarme con mis talentos dentro de mí, a realizar los proyectos que quiero empezar.

Y también llega a mí la sensación de que, al ser una señora ya grande, ya era cuestión de tiempo que se fuera de este mundo tridimensional.

Por eso, de alguna forma ya estaba relativamente preparada para cuando abrí el correo y vi que decía que Barbara falleció el domingo pasado a los casi 85 años. Pero en realidad no.

Nunca se me ha muerto nadie cercano. Y cuando han fallecido autores que me gustan (como cuando murió Fernando del Paso) he sentido feo pero siempre he dicho, bueno, me quedan sus libros, me queda su arte.

Pero con Barbara fue diferente. Sigo llorando desde hace como una hora y mientras escribo esto.

Creo que en parte es porque su obra siempre me ha inspirado a dejar un legado y ella lo dejó, en mí y en muchas otras personas que seguramente también están muy tristes hoy.

Creo que es porque me identifico mucho con ella y porque me encanta cómo escribe y a mí me gustaría hacerlo así de claro.

O porque de muchas formas la adopté como una abuelita que me explicara de qué iba la vida y me recordara lo que era importante.

Ahora que murió solo quiero que todos sus libros se traduzcan al español (sigo sin entender por qué ninguna editorial lo ha hecho, más que parcialmente y con títulos aburridos que hacen que se pierda su esencia y nadie los quiera comprar) y que mucha gente conozca su trabajo.

Yo me siento profundamente honrada de haberlo hecho mientras ella estaba con vida y, si ahora que falleció se vuelve más famosa, poder decir que yo la leía desde antes :v

Te dejo con una frase de ella que veo más o menos seguido (traducida por mí, corrígeme) y que, en algún correo o libro, no recuerdo, dijo que era SU mensaje, LO que quería que se recordara que decía:

Tienes que hacer lo que amas. Todo eso. Y lo que te está deteniendo no es el dinero ni el tiempo ni tu actitud. Es el aislamiento. Necesitas que a otra gente le importe lo que estás haciendo, que crean en ti y te animen. Y ellos necesitan que hagas lo que amas, porque importa demasiado, y todos sabemos ahora que esos son los dones que estás hecho para compartir con el mundo.

Barbara, gracias por todo.

Has marcado y sigues marcando, cada que leo tus libros, una diferencia tremenda en mi vida, me has dado permiso de hacer un montón de cosas que la sociedad simplemente no me iba a dar y gracias a tu ejemplo me he animado a ser yo en (casi) todo mi esplendor.

Gracias a ti aprendí que la sociedad no siempre ha visto mal a las personas que tienen muchos intereses y que saben de muchas cosas (¡eso eso algo reciente en la historia!), que no necesito ir por la vida perfeccionándome para ser feliz (lo que sea que eso signifique), que es egoísta no compartir mis talentos y lo que me emociona, y que si la gente no me entiende son ellxs lxs que se lo pierden.

Gracias por ser tan original, tan clara, tan concisa, tan chistosa, por decir las cosas de una manera tan directa y profunda; por no haber muerto en el 91 cuando te dio cáncer y por habernos compartido todo lo que nos regalaste.

Dejas un hueco bastante grande en el mundo, pero espero que donde sea que estés ahora puedas seguir disfrutando de todos tus intereses.